5 CLAVES PARA UNA VEJEZ ACTIVA Y DIGNA
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Siguiendo
un estilo de vida saludable es posible envejecer con salud y autonomía.
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Según
el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, DANE, Colombia tiene 7
millones de personas adultas mayores.
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En
2030, uno de cada
cinco colombianos será mayor de 60 años.
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Las
enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades
cardiovasculares y neurodegenerativas, representan más del 70% de las causas de
muerte en adultos mayores.
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Según
la Organización Mundial de la Salud, OMS, el 80% de estas enfermedades pueden prevenirse o
retrasarse significativamente con estilos de vida saludables.
“La vejez saludable se construye desde los 40 o 50 años, incluso antes. Es una inversión diaria en hábitos, vínculos y cuidados”, explica la doctora María Alejandra Benavides, geriatra de la Universidad del Valle y especialista en salud integral del adulto mayor. “Todavía hay muchos mitos que debemos derribar. Envejecer no es perder calidad de vida, siempre que haya conciencia, prevención y atención oportuna”.
Cinco
claves para envejecer con salud:
1. Alimentación consciente y balanceada: se recomienda comer menos productos
ultraprocesados, más frutas, verduras, fibra, legumbres y proteínas magras.
Evitar el exceso de azúcar, sal y grasas. El plato ideal cambia con la edad:
menos cantidad, pero más densidad nutricional.
2. Movimiento diario y ejercicio
funcional: la
actividad física no es solo para jóvenes. En la vejez mejora la fuerza, el
equilibrio, la salud cardiovascular y previene caídas. Caminar, nadar, bailar o
practicar ejercicios guiados de bajo impacto pueden marcar la diferencia.
3. Cuidado cognitivo y emocional: leer, aprender algo nuevo, jugar
ajedrez o juegos de mesa y/o simplemente conversar con otros son formas
efectivas de proteger el cerebro. El aislamiento social se asocia con deterioro
cognitivo acelerado y depresión.
4. Chequeos preventivos y atención
geriátrica integral:
“el seguimiento médico después de los 60 debe ir más allá de controlar
enfermedades. El geriatra evalúa de forma integral: mente, cuerpo, entorno y
funcionalidad”, resalta la doctora Benavides. “Nuestro objetivo no es solo
tratar patologías, sino mantener la autonomía y la calidad de vida”.
5. Vida de contemplación y/o
socialización:
Meditar, hacer yoga, caminar, practicar deportes, compartir con los amigos, la
familia o un animal de compañía, es una forma de establecer vínculos afectivos
que benefician todas las esferas de la existencia y otorgan calidad de vida.
Rompiendo
estigmas
Envejecer
no significa perder el propósito. Cada vez más adultos mayores estudian,
viajan, emprenden o lideran causas sociales. Según un informe del Banco Mundial,
prolongar la vida laboral de personas sanas y activas puede ser una de las
mayores oportunidades económicas de América Latina en las próximas décadas.
Pero
para lograrlo, la sociedad también debe cambiar. Se necesita adaptar el entorno
urbano, mejorar el acceso a servicios de salud geriátrica y combatir el
edadismo (discriminación por edad), que limita las posibilidades y el
reconocimiento de los mayores.
El
papel del geriatra: mucho más que tratar enfermedades
El
geriatra no es un médico exclusivo para el final de la vida, sino un
especialista clave para promover una vejez saludable, activa y autónoma. Su
enfoque no se limita a tratar enfermedades aisladas, sino que evalúa al
paciente en su conjunto: estado físico, emocional, funcional, social y espiritual.
“Nuestra labor es identificar riesgos antes de que se conviertan en crisis,
optimizar tratamientos y acompañar procesos de vida, no solo de enfermedad”,
explica la doctora María Alejandra Benavides. Además de prescribir
medicamentos, los geriatras orientan decisiones sobre alimentación, actividad
física, estimulación cognitiva, prevención de caídas, uso adecuado de fármacos
y fortalecimiento de redes de apoyo. Su intervención mejora la calidad de vida
del adulto mayor y alivia la carga emocional de las familias y cuidadores.
“Envejecer dignamente es un derecho, no un privilegio. Y como sociedad, debemos
prepararnos para garantizarlo”, concluye la doctora Benavides.
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