martes, 1 de julio de 2025

 5 CLAVES PARA UNA VEJEZ ACTIVA Y DIGNA

·      Siguiendo un estilo de vida saludable es posible envejecer con salud y autonomía.

·      Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, DANE, Colombia tiene 7 millones de personas adultas mayores.

·      En 2030, uno de cada cinco colombianos será mayor de 60 años.

·      Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, representan más del 70% de las causas de muerte en adultos mayores.

·      Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el 80% de estas enfermedades pueden prevenirse o retrasarse significativamente con estilos de vida saludables.

En un país donde la población adulta mayor supera ya los 7 millones de personas y sigue creciendo de forma acelerada, es urgente cambiar la narrativa sobre el envejecimiento. Lejos de ser sinónimo de enfermedad, dependencia o deterioro, envejecer puede ser una etapa vital activa, plena y autónoma. Pero lograrlo no es cuestión de suerte, sino de preparación.

“La vejez saludable se construye desde los 40 o 50 años, incluso antes. Es una inversión diaria en hábitos, vínculos y cuidados”, explica la doctora María Alejandra Benavides, geriatra de la Universidad del Valle y especialista en salud integral del adulto mayor. “Todavía hay muchos mitos que debemos derribar. Envejecer no es perder calidad de vida, siempre que haya conciencia, prevención y atención oportuna”.

Cinco claves para envejecer con salud:

1.  Alimentación consciente y balanceada: se recomienda comer menos productos ultraprocesados, más frutas, verduras, fibra, legumbres y proteínas magras. Evitar el exceso de azúcar, sal y grasas. El plato ideal cambia con la edad: menos cantidad, pero más densidad nutricional.

2.  Movimiento diario y ejercicio funcional: la actividad física no es solo para jóvenes. En la vejez mejora la fuerza, el equilibrio, la salud cardiovascular y previene caídas. Caminar, nadar, bailar o practicar ejercicios guiados de bajo impacto pueden marcar la diferencia.

3.  Cuidado cognitivo y emocional: leer, aprender algo nuevo, jugar ajedrez o juegos de mesa y/o simplemente conversar con otros son formas efectivas de proteger el cerebro. El aislamiento social se asocia con deterioro cognitivo acelerado y depresión.

4.  Chequeos preventivos y atención geriátrica integral: “el seguimiento médico después de los 60 debe ir más allá de controlar enfermedades. El geriatra evalúa de forma integral: mente, cuerpo, entorno y funcionalidad”, resalta la doctora Benavides. “Nuestro objetivo no es solo tratar patologías, sino mantener la autonomía y la calidad de vida”.

5.  Vida de contemplación y/o socialización: Meditar, hacer yoga, caminar, practicar deportes, compartir con los amigos, la familia o un animal de compañía, es una forma de establecer vínculos afectivos que benefician todas las esferas de la existencia y otorgan calidad de vida.

Rompiendo estigmas

Envejecer no significa perder el propósito. Cada vez más adultos mayores estudian, viajan, emprenden o lideran causas sociales. Según un informe del Banco Mundial, prolongar la vida laboral de personas sanas y activas puede ser una de las mayores oportunidades económicas de América Latina en las próximas décadas.

Pero para lograrlo, la sociedad también debe cambiar. Se necesita adaptar el entorno urbano, mejorar el acceso a servicios de salud geriátrica y combatir el edadismo (discriminación por edad), que limita las posibilidades y el reconocimiento de los mayores.

El papel del geriatra: mucho más que tratar enfermedades

El geriatra no es un médico exclusivo para el final de la vida, sino un especialista clave para promover una vejez saludable, activa y autónoma. Su enfoque no se limita a tratar enfermedades aisladas, sino que evalúa al paciente en su conjunto: estado físico, emocional, funcional, social y espiritual. “Nuestra labor es identificar riesgos antes de que se conviertan en crisis, optimizar tratamientos y acompañar procesos de vida, no solo de enfermedad”, explica la doctora María Alejandra Benavides. Además de prescribir medicamentos, los geriatras orientan decisiones sobre alimentación, actividad física, estimulación cognitiva, prevención de caídas, uso adecuado de fármacos y fortalecimiento de redes de apoyo. Su intervención mejora la calidad de vida del adulto mayor y alivia la carga emocional de las familias y cuidadores. “Envejecer dignamente es un derecho, no un privilegio. Y como sociedad, debemos prepararnos para garantizarlo”, concluye la doctora Benavides.

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