EXPEDICIÓN DE GREENPEACE POR EL PACIFICO: IMPACTO DEL PLÁSTICO EN SANTUARIO COLOMBIANO
. Greenpeace
culmina su expedición a bordo del Arctic Sunrise tras su travesía en el
santuario de Flora y Fauna Malpelo junto con la Fundación Malpelo y la apneista
Sofía Gomez con resultados que alertan la preocupante presencia de plásticos en
el océano, incluso en áreas protegidas.
Bajo el lema Protege el Pacifico Colombiano, Greenpeace navegó en aguas colombianas durante siete días hacia zonas protegidas en donde se encontraron preocupantes cantidades de plásticos contaminando el ecosistema marino.
El compromiso de la expedición no solo se limitó a Malpelo, sino que también se extendió por el área del Pacífico colombiano, evidenciando las amenazas que enfrentan nuestros mares y solicitando una acción urgente para rectificar el Tratado de Plásticos.
“Esta expedición por el pacifico colombiano, es el llamado
a la acción y a la concientización antes de que sea muy tarde. No basta con
tener zonas protegidas. Nuestra expedición navegando termina acá pero debe
continuar en nuestras casas y ciudades de todo el país, conociendo y
enamorándose del Pacifico Colombiano”, dijo Tatiana Cespedes, coordinadora de
campañas de Greenpeace Colombia.
Los alarmantes
hallazgos de residuos plásticos, incluyendo microplásticos, subrayan la
necesidad urgente de tomar medidas concretas para proteger la biodiversidad
marina. El uso de tecnología avanzada en la identificación de plásticos resalta
la importancia de la innovación en esta lucha ambiental.
“Hoy nuestros
mares enfrentan tres amenazas: Sobrepesca, Calentamiento Global y
Contaminación. Incluso en Santuarios como Malpelo, se ven los impactos que esto
causa en el ecosistema marino. Debemos tomar acciones concretas y contundentes
para frenar el daño que estamos causando y así, recuperar la salud de los
océanos”, aseguró Sandra Bessudo, directora de Fundación Malpelo y Otros
Ecosistemas Marinos.
Sofía Gomez, la reconocida apneista fue el rostro de la
campaña para Proteger el Pacifico Colombiano: “Esta expedición tiene que
servirnos a todos para abrir los ojos y entender que el océano empieza en
nuestros hogares. Fue muy triste encontrarse con plásticos como botellas,
pañales y otros residuos estando a miles de kilómetros de la costa. No podemos
normalizar esta situación como parte del paisaje”.
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