EL COBRE Y SU ROL
EN LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
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La cantidad de
cobre que se encuentra en el cuerpo humano (50 a 120 miligramos)
probablemente cabría en la cabeza de un alfiler, pero esa cantidad tan diminuta
no impide que este poderoso mineral lleve a cabo impresionantes proezas para
promover una salud óptima.
Entre las muchas
tareas del cobre está la producción de energía combustible, la prevención de la
anemia ya que es necesario para el procesamiento del hierro, evita las enfermedades
óseas, la detención del daño celular y permite la promoción del desarrollo fetal
apropiado. Aunque el cobre se encuentra en los lugares más recónditos del
cuerpo, tiende a concentrarse en los órganos con alta actividad metabólica,
incluyendo el hígado, cerebro, riñones y corazón.
El Cobre y el
corazón:
Según el Dr.
Manuel Olivares, médico titular del Laboratorio de Micronutrientes del
Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad
de Chile, “el cobre contribuye a mejorar la elasticidad de los vasos
sanguíneos, que permiten mantener un nivel de presión sanguínea apropiado. La
aorta –principal arteria que sale del corazón y la mayor del cuerpo humano- no
puede funcionar correctamente si la estructura elástica está debilitada. También
la carencia de cobre altera la capacidad de relajación de los músculos de las
arterias, lo que es otro factor que contribuye a la hipertensión arterial. Puesto
que el cobre es necesario para que el tono y la función muscular estén en
perfecto estado, no se puede negar la importancia vital que desempeña el cobre
en el corazón”.
A lo que
agrega, “por otra parte, cuando nos falta cobre aumenta el colesterol en la
sangre lo que favorece la formación de placas de colesterol en la pared de los
vasos sanguíneos, las que cuando afectan a las arterias coronarias causan un
infarto del miocardio”.
Un estudio
realizado en 2008 por investigadores del Centro Médico de la Universidad de
Louisville, Estados Unidos, concluyó que las dietas altas en cobre pueden
ayudar a tratar enfermedades que afectan al corazón y músculos, tales como la
hipertrofia cardíaca (cuando el corazón se agranda producto de una enfermedad o
de alta presión sanguínea). Aunque es
necesario desarrollar estas investigaciones de manera controlada en humanos
para conocer sus efectos.
Este estudio,
publicado en el diario de Medicina Experimental en Channelnewsasia.com, fue
aplicado a dos grupos de ratones que fueron alimentados con comidas ricas en
cobre. El grupo A, fue alimentado tres veces más que el usual recomendado en la
ingesta diaria de cobre, mientras que al grupo B, se le dio una dosis normal. Luego,
los investigadores provocaron una condición de hipertrofia cardiaca. Las fallas
al corazón se produjeron luego de ocho semanas en el Grupo B, mientras que los
corazones de los ratones que tuvieron dietas altas en cobre del grupo A
volvieron a su tamaño normal a pesar de la estimulación cardiaca, luego de que
la dosis dietaria de cobre fuera aumentada.
¿Cómo
obtiene cobre el cuerpo?:
Según explica el
Dr. Olivares, “el cuerpo no puede fabricar cobre, de modo que uno debe
obtenerlo de los alimentos o suplementos dietéticos. El cobre está disponible
en una amplia variedad de alimentos frescos y ligeramente procesados. Las
personas deben depender de los alimentos con alto contenido de cobre como parte
de una dieta balanceada para obtener la dosis que necesitan”.
Los alimentos que
contienen las mayores concentraciones de cobre incluyen los granos, como el
cereal de grano entero y el pan de trigo entero; legumbres, particularmente los
frijoles blancos comunes, frijol rojo, maní, nueces de árboles y semillas como
las almendras y semillas de girasol; ostras, hígado, riñón y chocolate.
Típicamente, los suplementos multivitamínicos / multiminerales también aportan
cobre. Las personas que dependen de los suplementos dietéticos deben tomar píldoras que no contengan más del 100% de la
ingesta diaria recomendada de cobre y otras vitaminas y minerales.
Cobre:
¿no lo suficiente?, ¿demasiado?:
Según comenta
Olivares, “la carencia de cobre puede producir diversas manifestaciones
indeseadas. La más frecuente es la anemia, disminución de los glóbulos blancos,
menor mineralización de los huesos. También puede disminuir la velocidad de
crecimiento en los niños, disminuir las defensas, producir hipertensión,
aumentar la glucosa y colesterol sanguíneo”.
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