jueves, 14 de agosto de 2014

PRESIÓN ADECUADA, MAYOR VIDA ÚTIL DE LAS LLANTAS



Cuidar las llantas es una tarea simple que debe ser parte de la rutina diaria de los conductores porque mantenerlas correctamente calibradas, alineadas y balanceadas, entre otros cuidados, permite aumentar su durabilidad, además de contribuir con el medio ambiente y la seguridad del conductor y sus pasajeros.



Aunque existen conductores informados, responsables y atentos al correcto funcionamiento de sus carros, también abundan los que se olvidan por completo del mantenimiento preventivo, y además desconocen el verdadero trabajo que realizan componentes tan importantes como las llantas en sus vehículos y la presión que estas deben conservar para un mejor funcionamiento.

El aprovechamiento de la vida total de la llanta depende de la calibración de la presión de inflado porque con la cantidad adecuada de aire, una llanta debe trabajar bien y tener una vida útil más larga. La experiencia ha demostrado que de cada 100 llantas inutilizadas, 80 de ellas salieron de servicio debido una presión de inflado incorrecta, baja o alta.

Según Juan R. Zamarriego, Gerente de operación de ventas en Goodyear Colombia, “la presión baja genera deflexión excesiva de la llanta y provoca un alto desgaste, baja durabilidad de la llanta, aumento en el consumo de combustible y en general aumento del costo por kilómetro recorrido”. Las causas más comunes de la presión baja son, la falta de la tapa de la válvula, el núcleo de válvula pegado, la válvula corta o descentrada, el protector dañado o mal posicionado, el rin oxidado o agrietado y hasta el mal posicionamiento de la válvula en el montaje.

Por su parte, la presión alta produce tensiones excesivas y anormales en la llanta que se vuelve rígida por la presión y pierde su capacidad de flexión, dejando de amortiguar los impactos, siendo más frágil ante impactos con gran posibilidad derupturas en su estructura.

Para evitar estas anomalías, expertos de Goodyear recomiendan:
·         Hacer una inspección visual cada mañana al encender el vehículo.
·         Inflar las llantas con la presión recomendada siempre en frío.
·         Verificar la presión de los neumáticos como mínimo una vez por semana.
·         Utilizar un medidor de presión confiable, ajustado periódicamente.
·         Utilizar tapas en las válvulas.
·         En el caso de los vehículos con doble llanta, la válvula de la llanta interna (comerciales) deberá tener una longitud adecuada para que quede accesible con facilidad. Si es necesario, se recomienda el uso de extensiones.
·         Usar la presión de aire en función de la carga que está transportando.

Una de las prácticas más perjudiciales es la “purga”, una costumbre que consiste en sacar aire de la llanta cuando ésta se encuentra aún caliente. Es frecuente ver en las carreteras del país que, inmediatamente después de una parada para descansar o comer, algunos conductores revisan la presión de las llantas, todavía calientes, y al encontrar una presión mayor a la que había al inicio del viaje, “purgan” la llanta; es decir, le quitan aire. Es importante entender que la velocidad y la flexión constante de la llanta generan calor y esto consecuentemente aumenta la presión interna, la cual va a variar una vez baje nuevamente la temperatura. Normalmente, la llanta necesita de dos a tres horas para enfriarse. La mejor manera de evitar la “purga” es calibrar las llantas cuando estén frías, antes de iniciar el viaje.

La gran conclusión de este tema es que el mantenimiento preventivo tiene un costo considerable, pero la falta de mantenimiento es aún más costosa. Por eso es que la operación más importante y económica de un buen mantenimiento de llantas es la revisión constante de las presiones de inflado.


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