SIN SOLUCIONARSE EL PROBLEMA DE SOSTENIBILIDAD FINANCIERA EN EL SISTEMA DE SALUD, LA JUSTICIA RESTITUYE LA EPS SANITAS A SUS ACCIONISTAS
Sin embargo, lo que hoy, para muchos, debiera ser un día de alegría por el restablecimiento de la justicia, para nosotros es un día de duelo.
La justicia colombiana nos ha
dado la razón: se ha declarado ilegal la intervención de nuestra EPS
Sanitas. Después de quince largos meses
de arbitrariedades, persecuciones y silencios, se nos devuelve lo que nunca
debió ser arrebatado.
Pero esta victoria jurídica no
borra el daño moral, institucional, financiero y humano que este Gobierno ha
causado, no sólo a nosotros como organización, sino a millones de usuarios,
pacientes, familias, médicos, clínicas y trabajadores de la salud que han
sufrido en carne propia las consecuencias de una estrategia deliberada de
destrucción.
Porque esto no fue un
error, fue una estrategia premeditada,
arbitraria, malévola, deliberada y anunciada que el Estado Colombiano
ejecutó.
•
Primero
nos asfixiaron financieramente, negándose a reconocer la desfinanciación
estructural del sistema y el pago de deudas atrasadas.
•
El propio Presidente Gustavo Petro lo declaró en campaña y en
Gobierno: acabaría con las EPS, de una forma u otra. Lo
repitieron sus Ministros. Y lo ejecutaron paso a paso.
•
Luego
nos persiguieron administrativamente, con auditorías, investigaciones y
campañas de desprestigio que no hallaron una sola falta material, ética o
legal, en nuestra gobernanza.
•
Después
nos intervinieron para desbaratarnos desde dentro, desmantelando a la EPS
Sanitas, destruyendo parte del modelo, debilitando redes, abandonando a los
pacientes y desmoralizando a nuestros equipos.
•
Finalmente,
dejaron que el deterioro progresivo hiciera el “trabajo sucio”: romper por dentro lo que no pudieron
desacreditar desde fuera.
Todo esto se hizo en nombre de una supuesta transformación del sistema de salud que, en realidad,
ha puesto en riesgo la vida de millones de colombianos, demostrando,
desgraciadamente, la inexistencia de un diseño sólido y de valor, alternativo,
al servicio de la población.
Hoy recibimos una empresa devastada:
•
Altamente comprometida financieramente
•
Con servicios deteriorados, con niveles de
quejas y tutelas sin precedentes.
•
Con redes fragmentadas
•
Con una atención deteriorada, inoportuna y
desintegrada para los usuarios
•
Con equipos humanos heridos en lo más
profundo de su vocación
Con todas estas condiciones este día no es de celebración, es de
recogimiento, de dolor, y también de determinación firme y serena.
No queremos venganza. Pero sí exigimos reparación integral, verdad y responsabilidades. Y lo diremos con toda claridad: continuaremos las acciones relevantes contra el Estado colombiano, y los autores intelectuales y operativos de este despropósito tendrán que rendir cuentas ante los tribunales nacionales e internacionales.
La financiación, el problema de fondo, sigue sin solucionarse
Históricamente, el sistema de
salud colombiano ha tenido dificultades en su financiación, situación que los
distintos gobiernos han enfrentado durante los últimos años.
Hace cerca de dos años, en conjunto con la EPS Sura y
la EPS Compensar, alertamos de manera oportuna y responsable la angustiosa
situación financiera que vive el sistema de salud en el país como consecuencia
principalmente de tres problemas críticos:
1.
Insuficiencia de la Unidad por Pago de
Capitación (UPC)
2.
Concentración asimétrica del riesgo
3.
Las cuantiosas deudas acumuladas, exacerbadas
por la pandemia de Covid-19.
Estos problemas persisten. El Auto 007 de 2025 de la
Corte Constitucional en materia de derechos a la salud y a la vida reconoce la
insuficiencia de la UPC.
Ahora necesitamos un milagro transitorio. El Gobierno de
Colombia como único responsable de la crítica situación actual, no puede
continuar incumpliendo con su obligación de garantizar la suficiencia
financiera del sistema. Solo con la debida dotación de los recursos necesarios
y con la contribución concertada de todos los actores del sistema, podremos
superar este periodo crítico sin que el sistema colapse.
Para que este milagro se materialice se requiere una
coalición ética y técnica que haga posible la reconstrucción, con el
involucramiento de todos los que aún creemos en un sistema de salud viable:
•
Con nuestros empleados y directivos
•
Con nuestras redes de prestadores propias
y externas
•
Con nuestros usuarios y pacientes
•
Con los verdaderos servidores públicos
•
Con los partidos políticos de todos los
colores
•
Con la sociedad civil que no se rinde
•
Con todos los colombianos que aún creemos
que es posible cuidar a los demás sin destruir lo que funciona.
•
Con la Justicia colombiana, para que haga
cumplir sus sentencias al Gobierno
Nos devolvieron lo que es nuestro, pero no nos
devuelven intacta ni la estructura ni el alma de EPS Sanitas.
A pesar de los persistentes intentos de silenciarnos
en los escenarios clave de discusión, recuperaremos
la voz que como referentes del sector nos corresponde para continuar defendiendo
la salud de los colombianos en todas las instancias de participación.
Trabajaremos para tratar de
reconstruir EPS Sanitas. Será una ardua tarea. Lo haremos con dolor, pero
también con convicción. No nos mueve el
resentimiento. Nos mueve el amor a la
vida, a la salud y a Colombia.
Porque esta no es solo la causa
de una compañía. Es el llamado urgente a salvar lo que queda de un modelo que,
con sus oportunidades de mejora ha salvado millones de vidas y ha sido el
modelo destacado en la región. Y es también una ocasión de reconstruirlo con
más justicia, más eficiencia y más compasión.
Hoy empieza una nueva
etapa. No será fácil recomponer los
graves perjuicios y daños generados por una errática e injusta intervención,
con un impacto negativo en la salud de los colombianos. Desde Keralty y EPS
Sanitas, pondremos todos nuestros
esfuerzos para enfrentar la situación con dignidad, con ciencia, con
compasión y con coraje. Insistimos en la necesaria reordenación y cumplimiento
por parte del Estado colombiano de sus obligaciones y compromisos inmediatos
para abordar este complejo proceso.
En línea con la transparencia que nos caracteriza, es
nuestro deber puntualizar que: si no se presenta el cumplimiento de estas
obligaciones por parte del Gobierno, no nos quedará otra alternativa que
desistir de nuestro propósito y voluntad de seguir adelante.
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