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Justin Trudeau, primer ministro de Canadá Crédito: Agencia Reuters| |
Durante unos 165 años y hasta 1998 que fueron
cerradas, las escuelas residenciales indígenas catolicas separaron de sus
padres por la de fuerza los niños de las
Primeras Naciones Métis e Inuit, allí fueron sometidos a toda clase de
experimentos, desnutrición y abusos físicos y sexuales, le llamo “genocidio
cultural” la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá en 2015.
Canadá dio a la
Iglesia católica el manejo de cerca de 150 escuelas con 150.000 niños
originarios o de primeras naciones. En su discurso de disculpa del primer
ministro de Canadá, Stephen Harper en 2008, el político mencionó que estas
escuelas tenían por objetivo “apartar y aislar a los menores de sus familias,
de la influencia de sus hogares, tradiciones, idiomas y culturas, con el
supuesto de que eran aborígenes inferiores”.
Incluso se dice que buscaban “matar al indio en
el niño”, lo que fue una política de exterminio que hoy se reconoce errónea.
Solo entre mayo y julio de 2021, se han encontrado alrededor de 1.000 tumbas de
infantes inocentes sin marcar en dos internados de la providencia de Columbia
Británica y Saskatchewan, dirigidos por la iglesia católica y financiados por
el gobierno. Aún se espera revisar otros de esos 150 colegios confiados a
religiosos Católicos. Los afectados han reclamado por muchos más niños.
Recientemente Justin Trudeau, primer ministro de
Canadá, señaló que los hallazgos de ambos ex internados “reafirman la verdad”
de lo que las familias, los sobrevivientes y las comunidades indígenas
mencionan desde hace mucho tiempo. “Son un recordatorio vergonzoso del racismo
sistémico, la discriminación y la injusticia que los pueblos indígenas han
enfrentado y siguen enfrentando en Canadá. Es importante reconocer esa verdad
para aprender del pasado y generar reconciliación y un mejor futuro”.
Fueron principalmente dos las organizaciones
religiosas católicas que participaron en el funcionamiento de muchas de las
escuelas residenciales en Canadá, incluidas las de Marieval y Kamloops y por
ello, se ha dicho que tienen que revelar los documentos históricos sobre su
participación. “Lamentamos profundamente nuestra participación en las escuelas
residenciales y los daños que ocasionaron a los pueblos y comunidades
indígenas” dijeron los superiores de esos grupos religiosos en un comunicado.
Los obispos del Consejo episcopal de Canadá aún no se pronuncian sobre la
responsabilidad, por eso la Delegación de Primeras Naciones, Meits e Inuit
piden reunirse con el Papa en
Canadá para hablar sobre el tema.
Ha sido tal el impacto de este asunto que, por
ejemplo, el 1 de julio, manifestantes derribaron la estatua de la reina
Victoria y la reina Isabel II en Winnipeg, Canadá y crece la ira por el
descubrimiento de las tumbas sin nombre de estos niños indígenas.
Días antes, los
incendios destruyeron 4 iglesias católicas en tierras indígenas. En entrevistas
para varios medios, el primer ministro de Canadá ha mencionado que “ningún niño
debería haber sido separado de sus familias y comunidades y despojado de su
idioma, cultura e identidad. Ningún niño debería haber pasado su preciosa
juventud sometido a soledad y abusos. Ningún niño debería haber pasado sus
últimos momentos en un lugar donde vivía con miedo, para no volver a ver a sus
seres queridos. Y a ninguna familia se le debería haber robado la risa y la
alegría de sus hijos jugando y el orgullo de verlos crecer en comunidad”.
En junio de este año, la primera nación de Cowessesss encontró al menos 750 tumbas sin marcar en los terrenos de la antigua Escuela Residencial Indígena Católica Marieval, en el condado de Saskatchewan en Canadá. Ya en mayo, la comunidad de Tk’emlúps te Secwépemc en el interior de Sur Columbia Británica emitió un comunicado con el hallazgo de restos de 215 niños que estudiarian en la escuela residencial indígena de Kamloops. Los padres no sabían a qué escuela eran enviados sus hijos desde los tres años ni sabían si los volverían a ver.
En 2017, Trudeau se había
disculpado formalmente con los pueblos indígenas de las provincias de Terranova
y Labrador por el sistema de internados que alejó a los niños de sus familias.
Pero hoy le pide a S.S. Francisco su presencia en Canadá para hablar del tema.
Para 1960, con el cierre de las
escuelas residenciales, trabajadores sociales provinciales y federales
entregaron los niños indígenas a hogares de acogida o en adopción a familias
predominantemente no indígenas en Estados Unidos y Canadá. Cerca de 80 escuelas
funcionaban de este modo en 1930 con más de 17.000 niños inscritos.
Fue en 1883 que se autorizó la
creación del sistema de escuelas residenciales con el fin de asimilar a los
pueblos indígenas a la sociedad de colonos mediante la educación, lo que
dependía exclusivamente de las iglesias para proporcionar los maestros,
instructores religiosos y administradores. Fue el Instituto Mohawk en Brantford
en Alto Canadá, la primera escuela del sistema de escuelas residenciales en
Canadá, comenzando en 1831.
Basado en:
Nicole Chavez, Paula Newton,
colaboradores de CNN
Parte 1: El mayor genocidio contra los niños en tiempos recientes:
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