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El Museo
de Arte Moderno de Medellín sirvió de escenario para que la compañía de telecomunicaciones
TigoUne contribuyera con una donación a la Fundación Mi Sangre al adquirir 16
guitarras Yamaha intervenidas por reconocidos artistas convertidas en obras de
arte, gracias a la iniciativa Art Guitar promovida por su fundador, el artista
Juan Esteban Aristizábal, Juanes
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Los recursos
obtenidos a través de esta donación serán destinados a programas y proyectos
para niños y jóvenes de poblaciones vulnerables afectados por la violencia y el
narcotráfico.
Como
parte de una iniciativa que busca contrarrestar los efectos de la violencia y
otras problemáticas sociales en niños y jóvenes, nació Art Guitar, una
propuesta del cantante Juanes a través de su Fundación Mi Sangre, en la que
TigoUne participó con la adquisición de 16 guitarras intervenidas por artistas
como una donación a la organización.
Así,
el miércoles 10 de mayo en el Museo de Arte Moderno de Medellín, Marcelo
Cataldo, presidente de TigoUne y Mauricio Ramos, CEO de Millicom, empresa
accionista que ejerce el control administrativo de TigoUne, fueron los
encargados de entregar la donación y, a su vez, recibieron de las manos de
Juanes y Catalina Cock, directora de la Fundación Mi Sangre, estos instrumentos
musicales, además de un certificado que nomina a la Compañía como “constructora
de paz”.
“Con
la adquisición de estas guitarras queremos respaldar los distintos programas y
proyectos para construir tejido social apoyando a niños y jóvenes afectados por
la violencia y el conflicto. Esta es nuestra manifestación de apoyo a la fundación, que es una de las organizaciones locales más
grandes en Medellín”, afirmó Marcelo Cataldo, presidente de TigoUne.
Estas
16 guitarras son creación de los músicos Juanes, Alejandro Sanz, Juan Luis
Guerra, Fonseca, J. Balvin y de los artistas Guillermo Londoño, con dos
referencias Ensamblaje y Jirafa; Nadine Ospina, con Ancestros; Carlos Blanco,
con Solo de Guitarra; Pedro Ruiz, con Mi gran noche; Luis Luna, con Tronco de
árbol; Pilar Copete, con Misteriosa; Diana Drews, con Atornillada; Gustavo
Vejarano, con Sol de Noche; Diego Mazuera, con Mi Sangre; Carolina Convers, con
Canción de cuna para las vacas; Alfonso Ariza, con Notas para la paz y Andrés
Matías Pinilla con una creación en madera y metal que no lleva título.
“Consideramos
que este proyecto tiene un propósito muy noble por lo que este aporte se
constituye en un granito de arena de parte de TigoUne para la transformación de
la realidad social del país”, agregó Cataldo.
Las
guitarras adquiridas se enviarán a los distintos centros de experiencia de
TigoUne en todo el país, para aportar a la campaña de la empresa “Estamos hechos de música”, con la que se
busca responder a las necesidades de entretenimiento de sus usuarios,
ofreciéndoles productos y servicios relacionados con sus cantantes y canciones
favoritos.
Según
Cataldo, “TigoUne es una Compañía que
siempre ha tenido en su ADN la música como un pilar estratégico que, a su vez,
es un mecanismo para la construcción de paz. Así, esta donación se suma
a nuestro compromiso de brindar experiencias y servicios que promueven la
cultura y las manifestaciones artísticas con un objetivo social”, concluyó el
presidente de la compañía.
ACORDES PARA CONSTRUIR UNA
SOCIEDAD PACÍFICA
“Mi guitarra es mi alma. Mi arma
de Paz”: Juanes
Con esta premisa nace Art
Guitar, y se suma a las acciones de la Fundación Mi Sangre que involucran
el arte y la cultura como herramientas para tejer un camino de paz en Colombia.
Recursos que potencian la creatividad, propician conexiones cerebrales que
estimulan la empatía y el aprendizaje, y ayudan a construir nuevos imaginarios
y roles de participación positiva.
Once años de
experiencia que reconocen el poder transformador del arte y su servicio para
una pedagogía lúdica y que potencia las habilidades de los niños, niñas y jóvenes.
Participantes que luego cruzan su rol de aprendizaje para convertirse en
líderes y multiplicadores en sus comunidades.
“Tenemos certeza sobre el momento histórico que se vive con
la firma de la paz. Pero más allá de eso, al interior de la Fundación hay el
convencimiento de que la paz no se construye sólo en una mesa de negociaciones,
sino en la mesa de la casa, del colegio o de los amigos. Y eso hacemos: educar
para una cultura de paz a través del arte y la música”, afirma Catalina Cock, Directora
Ejecutiva de la Fundación Mi Sangre.
Es por esto que este evento se constituye en un ejemplo para
que empresarios, instituciones y ciudadanos se sumen al compromiso de ayudar a
cerrar las heridas de la violencia y crear una cultura de paz; y la importante
donación de Millicom
Internacional y TigoUne, servirá para que la Fundación fortalezca
su trabajo en la construcción de tejido social y apoye a los niños, niñas y
jóvenes afectados por la violencia y el conflicto.
“Esos fondos van dirigidos a cumplir con dos objetivos. Por
un lado, apoyar nuestros programas de Acompañamiento Psicosocial a niños, niñas
y adolescentes, y el Programa Educación para la Paz que adelanta la Fundación a través de la música y la lúdica. El
segundo objetivo es generar conciencia y sensibilidad frente a la problemática
de la violencia y conocer las posibilidades que hay para transformar esa
realidad”, explica la Directora
Ejecutiva de Fundación Mi Sangre.
FUNDACIÓN
MI SANGRE CONSTRUYENDO PAZ
La Fundación Mi Sangre trabaja en un país en donde
la violencia es un fenómeno que ha golpeado durante más de 60 años, violencia
que ha creado un círculo vicioso que tiene sus raíces en factores como la inequidad, el narcotráfico, la ausencia de un sistema judicial
efectivo y la falta de educación de calidad, entre otros muchos.
Tan arraigado está este fenómeno que por generaciones ha
dejado un enorme número de víctimas entre las que los niños, niñas y jóvenes
son una de las poblaciones más vulnerables y expuestas a sus consecuencias, si
bien afecta a todos los miembros de la comunidad. También ha causado una
profunda huella de alteraciones psicosociales, del entorno familiar, dolor,
desesperanza, resentimiento, pérdida de confianza y ruptura del tejido social,
entre muchas otras consecuencias.
La Fundación es una organización sin ánimo de lucro que cree
que la paz se construye desde cada ser. Fue fundada hace once años por el
cantante, compositor y líder social Juan Esteban Aristizábal, Juanes, con el propósito de cocrear
entornos protectores para que niños y jóvenes descubran y ejerzan sus poderes
como constructores de paz.
Desde entonces se ha centrado en desarrollar e implementar
metodologías de educación para la paz y acompañamiento psicosocial a través del
arte y la lúdica empoderando a niños y jóvenes en el ejercicio de su ciudadanía
para que puedan participar activamente y promover una cultura de paz desde su
territorio.
De esta forma aborda problemáticas como el reclutamiento forzado,
el trabajo infantil, el consumo de sustancias psicoactivas y distintos tipos de
violencia y vulneración de derechos. A través de su trabajo la Fundación Mi
Sangre entendió que ser violento no es solamente pertenecer a un grupo armado
sino que es también la incapacidad de reconocer, respetar y aceptar la esencia
del otro, lo cual desemboca en un fenómeno de violación de derechos creciente.
Pero también comprobó que ese ciclo violento se puede romper
construyendo una cultura de Paz a partir de cada individuo, con acciones
cotidianas a través de acuerdos que permitan resolver conflictos y que parten
desde el ambiente en familia, las aulas de clase o el trabajo de líderes en los
barrios con apoyo de la comunidad.
Su trabajo se enfoca especialmente en los niños porque ellos
representan una fuerza de cambio y
transformación que los hace potenciales constructores de paz gracias a su
empatía, a que son conscientes de su sentir, su saber y su contexto, y capaces
de transformar creativamente sus conflictos y ejercer su ciudadanía en forma
responsable, crítica, propositiva y participativa.
Sin embargo, es una tarea que requiere del apoyo de
docentes, líderes sociales, padres de familia y la participación de entidades
nacionales e internacionales.
Juanes abre puertas y ‘Mi Sangre’ se encarga de mantenerlas
abiertas. Él sensibiliza, moviliza y va creando poco a poco eso que la
Fundación llama una ‘Comunidad de Constructores de Paz’, constituida por
universidades, empresas y ciudadanos del común que creen en la posibilidad de
transformar el mundo desde el individuo.
Esta historia de once años de
aprendizajes y experiencias ha impactado a más de 611 mil personas en 35 municipios
y 7 departamentos del País.
Más información sobre Art
Guitar en: http://fundacionmisangre.org/art_guitar/index.html#p=50
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