martes, 3 de marzo de 2015

GAMIFICATION ¿JUGAMOS?



El concepto conocido como “gamification” se ha convertido en una importante herramienta para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades en muchos frentes, desde defensa militar hasta mercadeo y ventas. Las empresas colombianas pueden aprovecharla para mejorar el conocimiento y el entendimiento de las personas que trabajan o usan sus productos y servicios.

Imagínese la actividad más aburrida del mundo. Ahora piénsela como un juego, agregue normas y reglas que la hagan menos tediosa, compártala con amigos,  en ese momento contará con una estrategia más atractiva para aprender, practicar o simplemente desarrollar esa tarea que, de no ser asumida de esta forma, podría llegar a convertirse en una fobia.

Según Duarte Ramos, managing director de Hays Colombia, “Gamification, es la tendencia que se impone como un modelo que va más allá de las experiencias de aprendizaje y se apropia de las de juego para que los involucrados se involucren con mayor ímpetu de conceptos, metodologías y procedimientos, entre otros”.


Pero este concepto no es nuevo en realidad. De hecho, parece que los mamíferos nos diferenciamos del resto de especies, más allá del calor corporal, del pelo y la gestación, por el gusto por aprender jugando. Así, en lugar de desarrollar una nueva metodología, lo que está sucediendo es que los expertos están aprovechando lo más profundo de nuestro ser para aprender.

El poder de lo lúdico
La firma de encuestas KRC Research halló que al menos un 70% de las firmas más grandes del mundo están usando alguna forma de “gamification” para entrenamiento y esta cifra puede seguir creciendo mientras que las áreas de recursos humanos experimentan con mayor profundidad en el concepto.

¿Qué significa esto? No es solo que el salón de clases puede cambiar de mobiliario. De hecho, los juegos para aprendizaje pueden tomar muchas formas: Pueden asumirse como juegos de rol, por ejemplo, y los involucrados deben tomar una acción, una actitud y desarrollar una tarea congruente con su personaje. Puede ser un juego de mesa, al estilo de los más famosos, como Monopolio o Risk, para conocer conceptos y realizar actividades individuales o de grupo.

O pueden ir más allá. “Un juego en primera persona para computador o consola de juego en el que el usuario demuestre sus habilidades dominando espacios, descubriendo formas de hacer alguna tarea y hasta cuando la realice bien, no podrá pasar a otro nivel”, afirma Duarte Ramos.

También, con base en las habilidades del usuario, se puede acudir a las aplicaciones móviles y desplegar acciones en tiempo real en un espacio determinado, mostrando por ejemplo, el conocimiento y la capacidad de adaptación de una persona a un entorno que puede ser desde un laboratorio hasta una oficina, pasando por una bodega, un barco, un avión, entre miles de alternativas.

Empresas de diversas estirpes, tales como McDonalds o Royal Dutch Shell, han optado por aplicar intensivamente modelos de “gamification” para diversos propósitos, desde selección de personal hasta la búsqueda de nuevo talento innovador, con públicos tan diferentes como pueden ser los jóvenes que entran a trabajar por primera vez en su vida, en un restaurante de hamburguesas, hasta los científicos y técnicos de la unidad de investigación de una petrolera.

¿Listo para entrar en el juego?

Cualquier área de la empresa se puede beneficiar de las estrategias de “gamification”. Lo importante es definir los objetivos y buscar la manera más creativa para lograrlos. Acá algunos consejos:

-          Recompensa: en los juegos se gana o se pierde y los jugadores lo saben. Así que no dude en darles una buena recompensa que justifique el esfuerzo. Cada actividad realizada de forma proactiva en el juego, podría sumar puntos hasta lograr una meta determinada, por ejemplo.

-          Es solo un juego: La ventaja del modelo de “gamification” es que en el fondo se puede repetir todas las veces que se pueda hasta que se logre el objetivo deseado. Pero no olvide cambiar de tiempo en tiempo  los escenarios y los recursos, de lo contrario podría volverse tedioso.

-          Escuche a los “jugadores”: Es importante obtener retroalimentación para mejorar las experiencias y aumentar la capacidad de respuesta de los “próximos jugadores”. No dude en preguntar cómo les pareció el juego a los usuarios.

-          Diviértase con el proceso: ¿De qué depende que el juego sea bueno?  De la capacidad de vinculación y compromiso, o “engagement”, que genera entre los usuarios. Un álbum de caramelos es, en últimas, un juego, pero tenerlo completo puede ser una de las tareas más satisfactorias del mundo, por su alto nivel de fidelización y compromiso, siempre y cuando se use para la tarea adecuada.  

Así que bienvenido al juego.

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