EL VIAJE HACIA LA NUBE HÍBRIDA
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Peter Cutts |
Como
propietario de un hogar, los fines de semana uno suele verse tentado a tomar un
martillo y unirse a la tradición popular del “hágalo usted mismo”. Ya sea para convertir
el sótano en una sala de entretenimiento o arreglar el jardín, siempre es
satisfactorio aplicar nuestras habilidades en un proyecto, para al mismo tiempo
obtener satisfacción y ahorrar dinero.
Con cada
emprendimiento, existe un grado de riesgo que siempre se pasa por alto.
Al igual que en muchos proyectos que se inician con las mejores
intenciones (en TI y en el hogar), existe el riesgo de atrasarnos con respecto
al calendario, exceder el presupuesto y dejar insatisfecho al cliente interno.
En casos más extremos, es posible que hayamos violado las normativas locales o
el código de construcción, lo que tiene un impacto financiero. Gracias a
estas experiencias, aprendemos a regular nuestro instinto de “obrero
habilidoso” y consideramos invertir en conocimiento externo. La ayuda
experta nos ofrece la tranquilidad de que el resultado (y el costo) será
predecible, mientras que nuestro riesgo de falla se reduce considerablemente.