LAS CARRERAS HISTÓRICAS QUE IMPULSARON EL SUEÑO DE
HENRY FORD
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Con la victoria del Sweepstakes, un automóvil que él mismo construyó y
condujo, Henry Ford atrajo inversionistas y fundó la Henry Ford Company en
1901, luego de la quiebra de la Detroit Automobile Company.
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Sin
embargo, esa sociedad tampoco prosperó. Aun así, Ford construyó otro vehículo,
el 999, y volvió a vencer al campeón estadounidense de la época en 1902.
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Después
de este triunfo, el empresario consiguió 11 socios para fundar la Ford Motor
Company en 1903 y popularizó el automóvil gracias a la producción en masa.
Henry Ford construyó su primer vehículo, el Cuadriciclo, en el taller de su casa en 1896. La aparición de esta máquina por las calles de Detroit le otorgó reconocimiento local y, en 1899, fundó la Detroit Automobile Company con el respaldo del alcalde William Maybury. Sin embargo, la compañía cerró un año después sin fabricar un solo automóvil y con pérdidas por US $86.000. Los inversionistas no compartían su visión de crear un vehículo económico, lo que lo llevó a renunciar.
Después de esto, y lejos de rendirse, ese fracaso fortaleció su
determinación. Decidió construir un automóvil de carreras y manejarlo él mismo
para demostrar su confianza en el producto. “Jamás pensé en competir, pero
el público se negaba a ver el automóvil como algo más que un juguete veloz.
Teníamos que correr”, afirmó.
Con la ayuda de un equipo de ingenieros, Ford desarrolló un vehículo
rápido, al que bautizó con el nombre Sweepstakes, y lo inscribió en una
carrera organizada por el Detroit Driving Club en 1901. La competencia se llevó
a cabo en una pista ovalada de tierra de 1.600 metros en Grosse Pointe,
Michigan, donde su gran reto era vencer al campeón estadounidense Alexander
Winton.
Winton, un fabricante de automóviles de Cleveland con gran éxito
estaba tan seguro de su victoria que incluso eligió el trofeo: un elegante
recipiente de cristal tallado. Su auto, el Bullet, era un ganador
consolidado con 70 caballos de fuerza, mientras que el Sweepstakes de
Ford apenas tenía 26. Sin embargo, este último contaba con importantes
innovaciones: un sistema de inyección de combustible primitivo y bobinas de
encendido aisladas en porcelana hechas a mano, precursoras de las bujías
modernas. Aunque Ford tenía la desventaja, era el favorito del público, con más
de 8.000 asistentes.
La carrera consistía en diez vueltas. Winton tomó la delantera,
superando por más de 300 metros en las tres primeras vueltas. Sin embargo, Ford
acortó distancia a mitad de la competencia. En la séptima vuelta, el Bullet
comenzó a fallar y soltó una nube de humo. Ford lo superó justo frente a las
tribunas abarrotadas y ganó con una gran ventaja. Clara Ford, su esposa, le
relató a su hermano: “Un hombre lanzó su sombrero al aire y, al caer, lo
pisoteó de la emoción.”
Ford recibió el trofeo y un cheque por USD $1.000, una cantidad
pequeña considerando que había invertido cinco veces más en construir el
vehículo. Sin embargo, obtuvo algo mucho más valioso: prestigio. Un automóvil
diseñado por Henry Ford había vencido al mejor coche de Estados Unidos.
La victoria atrajo a varios inversores que ofrecieron financiar su
siguiente proyecto, lo que permitió fundar la Henry Ford Company en pocas
semanas. Pero nuevamente surgieron diferencias con sus socios: mientras Ford
quería enfocarse en autos de competencia, ellos preferían dedicarse a la
producción de autos de calle.
El conflicto se intensificó cuando los inversionistas contrataron al
mecánico Henry M. Leland para asesorar el proyecto de motor. Al no aprobar el
diseño de Ford, este decidió abandonar la empresa en marzo de 1902, llevándose
consigo USD $900 y los planos para otro automóvil de carrera.
La Henry Ford Company fue renombrada como Cadillac Automobile Company,
en honor al fundador de Detroit. Años más tarde, en 1909, General Motors
adquirió Cadillac, una de las muchas ironías de la historia.
Ford unió fuerzas con el campeón de ciclismo Tom Cooper para diseñar y
fabricar dos autos de carreras: el Arrow, de color rojo, y el 999,
amarillo, nombrado así en honor a un tren récord de la ruta Nueva York–Chicago.
Estos autos eran más grandes que sus predecesores y sus motores de cuatro
cilindros producían 70 caballos de fuerza. “El rugido de esos cilindros
podía matar a un hombre”, diría Ford.
Para conducirlos, eligieron a otro campeón del ciclismo, Barney
Oldfield, quien nunca había manejado un auto. A diferencia del Sweepstakes,
estos autos eran pura potencia bruta. El 25 de octubre de 1902 se organizó una
revancha contra Winton en Grosse Pointe. Participaron otros cuatro vehículos,
pero ninguno fue rival: Oldfield ganó los 8.000 metros con un tiempo récord de
25 minutos y 28 segundos.
La Ford Motor Company fue fundada el 16 de junio de 1903 por Henry
Ford, de 39 años, y otros once socios. Contaban con USD $28.000, algunas
herramientas, diseños... y una enorme fe.
Entre los accionistas había un comerciante de carbón, un banquero, dos
hermanos que fabricaban motores, un carpintero, dos abogados, un empleado de
oficina, un comerciante minorista y un fabricante de molinos de viento y rifles
de aire.
Esta historia es testimonio de cómo una carrera puede cambiarlo todo.
A 122 años de aquel triunfo, Ford sigue viendo en las competencias mucho más
que velocidad: un laboratorio de pruebas y una fuente inagotable de
inspiración.
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