Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS)[1], en 2021 se registraron cerca de 6 millones de muertes por ENT en las Américas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes. Lo más alarmante es que el 38% de esos fallecimientos fueron prematuros.
Durante
el periodo 2020–2021, la tasa de mortalidad por enfermedades no transmisibles
en la región fue de 420,2 por cada 10.000 habitantes, mientras que Colombia
superó esa media con una tasa de 438,2 fallecimientos por cada 10.000
habitantes, según datos de la OPS[2].
Por
su parte, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE)[3] reveló
que en 2023 las principales causas de muerte en el país fueron las enfermedades
isquémicas del corazón, seguidas por padecimientos cerebrovasculares y
enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores.
Este
panorama exige adoptar un estilo de vida saludable y que las instituciones,
tanto
públicas
como privadas, incorporen soluciones que permitan anticiparse al deterioro de
la salud, basadas en monitoreo continuo, diagnóstico temprano y análisis
predictivo. “El verdadero poder de la tecnología está en su capacidad de
prevenir, no solo de tratar. Desde el monitoreo remoto hasta la inteligencia
artificial aplicada al diagnóstico, el paciente tiene hoy más herramientas que
nunca para cuidar su salud”, afirmó Adriana Franco, Country Manager de GE
HealthCare Colombia.
Entre
las tecnologías destacadas, se encuentran las soluciones de monitoreo remoto de
pacientes (RPM), que integran dispositivos portátiles, biosensores y
aplicaciones móviles para recolectar datos en tiempo real sobre signos vitales
y parámetros clínicos. Estas herramientas facilitan la atención médica
oportuna, incluso a distancia, y reducen la necesidad de visitas presenciales
frecuentes[4].
Además,
especialidades como la imagenología se están transformando con el uso de
inteligencia artificial (IA), que permite detectar anomalías con mayor rapidez
y precisión. Los algoritmos de aprendizaje automático están optimizando los
flujos de trabajo clínico, mejorando la calidad diagnóstica y fortaleciendo la
toma de decisiones médicas[5].
Estas
tecnologías no solo permiten actuar con mayor eficacia, sino que promueven un
enfoque proactivo que reduce hospitalizaciones y mejora la calidad de vida de
los pacientes. Sin embargo, su impacto solo será real si se acompaña de una
cultura de autocuidado, chequeos regulares y educación en salud.
“Empoderar
al paciente significa brindarle acceso a información confiable, tecnología
avanzada y sistemas de salud más conectados. El autocuidado con respaldo
tecnológico ya no es una aspiración: es una necesidad urgente”, concluyó
Franco.
GE HealthCare reitera su compromiso con el desarrollo de soluciones que anticipen enfermedades, mejoren los diagnósticos y promuevan una salud más preventiva, sostenible y centrada en el paciente.
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