martes, 17 de junio de 2025

  RASGOS DE PERSONALIDAD: CUÁNDO SE CONVIERTEN EN TRASTORNO

Los trastornos de personalidad representan uno de los desafíos más complejos en el campo de la salud mental. Lejos de ser unos simples rasgos de carácter, estos trastornos se manifiestan como patrones persistentes e inflexibles de pensamiento, emoción y comportamiento que dificultan la adaptación a las demandas sociales y personales de la vida cotidiana.

De acuerdo con el Doctor Daniel Solarte, psiquiatra de la Clínica Campo Abierto, la personalidad puede entenderse como un patrón estable de relacionamiento con el entorno y con uno mismo. “La presencia de inflexibilidad ante el entorno y que esto lleve a problemas en la adaptación a las situaciones de la vida, es lo que se define como tal como un trastorno de personalidad”, explica el especialista.

Entre los trastornos más conocidos se encuentran los definidos como el grupo B que son el histriónico, narcisista, límite y antisocial, aunque existen otros menos visibles pero igualmente relevantes.

El origen de estos trastornos es multifactorial. Según Solarte, influyen factores biológicos como lo sería el temperamento y psicosociales que son los de carácter, siendo ambos fundamentales en el desarrollo de la personalidad. Aunque ciertos comportamientos  pueden observarse desde la infancia, el diagnóstico formal suele realizarse después de los 18 años, cuando se considera que la personalidad ha alcanzado su madurez.

Algunas señales tempranas pueden incluir comportamientos desafiantes como la ruptura de normas, destrucción de objetos, escapismo o consumo de sustancias. “Estos elementos ayudan a identificar a niños y adolescentes en riesgo y las intervenciones tempranas pueden ayudar, sin embargo, no hay una manera clara de prevenir como tal la aparición de un trastorno de personalidad”, advierte el experto.

Frente a la sospecha de que una persona cercana presente síntomas de un trastorno de personalidad, el llamado es a la empatía. “Es importante poder validar a la otra persona en sus emociones. Además será importante determinar los límites sanos en las relaciones que uno tiene con esta persona y que esta persona tiene con uno”, señala Solarte.

A diferencia de trastornos como la ansiedad o la depresión, que suelen ser episodios transitorios, los trastornos de personalidad hacen parte del núcleo mismo del individuo y persisten en el tiempo. Sin embargo, esto no significa que no puedan ser tratados.

Aunque no existe una “cura” definitiva, la psicoterapia ha demostrado ser efectiva para mejorar la calidad de vida de quienes viven con estos trastornos. “El tratamiento permite reducir conductas maladaptativas, mejorar las relaciones interpersonales y alcanzar una mayor funcionalidad laboral y social”, concluye el psiquiatra.

Finalmente, aunque no se puede prevenir ni disminuir por completo su aparición, el acompañamiento emocional, la detección temprana y el acceso a servicios de salud mental son herramientas fundamentales para mitigar el impacto de estos trastornos y promover una vida plena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario