martes, 1 de diciembre de 2015

** Por Rodrigo Torres Garibay, Gerente Especialista de Procesos de TI de PRAXIS

MEJORAR ES LA PREMISA, PERO ¿CÓMO?


Rodrigo Torres 
Nada es perfecto, es cierto, pero todo es sensible a mejoras… y es esta idea la que alienta a muchos profesionales de las TIC a buscar, continuamente, cómo optimizar los procesos para impactar positivamente la estructura general de las organizaciones. Sin embargo, para otros, mejorar puede inspirar temor… ¿por qué? Porque implica cambiar.

Cambiar algo que no funciona es admisible para todos, pero modificar algo que cumple con su objetivo, no. Tras mis años de experiencia me he percatado que el rechazo surge cuando el resultado del cambio, lejos de mejorar los procesos, simplemente los complica. Con esto en mente, es comprensible por qué para algunos es mejor “dejar las cosas como están”.


Esto, en principio, se debe a dos razones: la literalidad y el olvido. Me explico. Cuando se toma la decisión de aplicar en una empresa o en una unidad de negocios, un modelo de gestión de procesos, muchos profesionales de las TIC cometen el error de asumirlos como verdades absolutas, camisas de fuerza que intentan ceñir a las compañías; sin considerar que los modelos deben ajustarse a las organizaciones, no las organizaciones a los modelos. Los modelos de gestión de procesos nos dicen el ¿qué? más no el ¿cómo? Aplicar textualmente un modelo, porque así está escrito en el papel, solo traerá consigo rechazo y, por ende, fracaso.

El olvido, por su parte, se da cuando omitimos –consciente o inconscientemente– al factor clave cuando se habla de gestión de procesos: la gente. Para muchos, la gestión de procesos simplemente se trata de: definir, montar en un sistema, automatizar y listo… la organización ya tiene procesos. Pero se les olvida que, al final, los que van a implementarlos son las personas.

Resulta entonces, imprescindible, permear los procesos dentro de la organización de tal manera que los trabajadores se “adueñen” de ellos, participando desde su definición. Así, estos y sus mejoras estarán acordes con las actividades y las necesidades de quienes los ejecutan. Después de todo, son ellos quienes prueban las mejoras y de ellos surgen los ajustes necesarios.

Los primeros pasos

Pero, por dónde empezar. Cuando se da inicio a un proyecto de mejora lo primero que debemos preguntarnos es: ¿qué queremos mejorar? Con esto lograremos definir el objetivo. Si comenzamos el proyecto sin hacernos esta pregunta, probablemente terminemos seleccionando un modelo para “alcanzar el nivel x del modelo x”. Es decir, perseguiremos un objetivo, pero nunca obtendremos la mejora.

Para prevenir esto, es indispensable realizar un diagnóstico inicial en el cual se identifiquen las debilidades y las fortalezas de las diferentes áreas de la organización para que, con base a estos elementos, se pueda generar un plan de acción o plan de proyecto de mejora; dando pie a dos fases cruciales: la definición y la implementación.

La definición establecerá los productos de trabajo, procesos y actividades que se llevarán a cabo dentro del área a mejorar. Mientras que la implementación toma lo que se generó en la fase de definición y lo lleva a la práctica.

Ahora bien, debemos saber interpretar todos los modelos de procesos (MoProSoft, CMMI, PMBOK, etc.) y entender que ninguno integra todo lo que cada organización requiere. Por lo tanto, debemos revisar qué nos ofrece cada uno y escoger uno enfocándolo a las necesidades de la empresa.

Tengamos siempre presente que son las organizaciones las que decidirán cómo llevarán adelante las actividades. Por ejemplo, el modelo nunca pedirá que se generen tres minutas y que todos las firmen. El modelo tan solo pedirá que se notifiquen los planes de trabajo a los involucrados. ¿Cuán complicado o simple queremos hacerlo?

En PRAXIS, tenemos amplia experiencia en gestión de procesos y nuestro portafolio abarca servicios estratégicos, tácticos, operativos y transversales; que incluyen: consultoría en gestión en áreas de TI, estrategia tecnológica y roadmap, capacitación en Modelos y Metodologías, evaluación y outsourcing de Procesos de TI, diseño, implantación y evaluación de arquitectura; definición e implementación de Servicios de TI y en la Nube: (Calidad SCM,SIHO-PSP); consultoría técnica de alto nivel y auditorías de procesos y técnicas.
 

La gestión de procesos puede ser tan ágil y beneficiosa o tan lenta y engorrosa como la organización lo quiera. Todo dependerá de la adaptación, la adecuación y la interpretación del modelo que se aplique. Los invito, entonces, a apoyarse en expertos en el área para llevar a feliz término la iniciativa de mejora, dejando a un lado el temor y abriéndole paso al aprendizaje y al progreso continuo.

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