LOS CAMPESINOS TAMBIÉN “ECHAN” CÓDIGO
Treinticinco escuelas digitales campesinas se unieron
a la campaña #YoPuedoProgramar desde ocho departamentos del país
Desde el
2013, cerca de 5 mil campesinos
entre los 14 y más de 70 años asisten a las 35
Escuelas Digitales Campesinas ubicadas en Boyacá, Cundinamarca, Chocó, Cauca,
Valle del Cauca, Caquetá, Antioquia y La Guajira. De estos 5 mil estudiantes,
300 decidieron sumarse al reto #YoPuedoProgramar
Algunos se animaron porque tienen la certeza de que
“no hay nada que en el campo no se dé” y la tecnología les ha abierto la
imaginación para mejorar. Muchos de ellos son piscicultores del Chocó, otros ganaderos
guajiros y también artesanos residentes en territorios rurales que han querido
aprender temas como el comercio electrónico para comercializar sus productos
agrícolas o poderse comunicar con el fin de socializar prácticas sin importar la distancia.
Así las cosas, estos 300 estudiantes campesinos de las
35 Escuelas Digitales Campesinas asumieron el reto #YoPuedoProgramar, demostrando
gran destreza y creatividad. Los niños fueron los más entusiastas. Durante una
hora se dedicaron a “echar código” al mejor estilo de los grandes
desarrolladores.
Así lo relata Erika Correa, facilitadora del proyecto Escuelas Digitales
Campesinas en Uribia, Guajira, que inscribió a sus estudiantes de noveno grado
de la Institución Etnoeducativa Camino Verde en la jornada de programación. “Antes de participar, pensaba que iba a ser muy difícil
asumir este reto. Sin embargo, en la medida en que fuimos avanzando con mis
estudiantes nos dimos cuenta de que programar es muy sencillo”, expresó.
Érika asegura que sus estudiantes son jóvenes entre
los 14 y 23 años, en su mayoría mujeres indígenas de la alta Guajira, cuyos
padres decidieron internarlas en esta institución para asegurarles un futuro
más promisorio. “Inicialmente, las
mujeres de mi grupo de estudiantes no demostraron mucho interés en la
programación y pensaron que no iban a poder hacerlo. Una vez se lanzaron a
programar, se dieron cuenta de que no es algo difícil y que al igual que los
hombres eran capaces”, dijo Erika.
Una de estas estudiantes que es Lizbeth Coromoto
Ipuana, una joven indígena de 18 años de la comunidad Malaraju, quien con
cariño se refiere a Erika como la ‘seño’. Lizbeth y su hermana menor Yanelis, vivieron
la experiencia de programar en la Semana del Código y hoy saben que la
tecnología es una ventana a nuevos mundos. “Antes
no me importaba la tecnología. Ahora, feliz de que la ´seño´nos brinde esta
oportunidad, estoy tratando de aprender aunque sea difícil al inicio”,
aseguró Lizbeth con la ilusión de poder aplicar estos conocimientos cuando
entre a la universidad a estudiar
derecho.
Las Escuelas
para aprender a ser Digitales en el campo
Escuelas Digitales Campesinas es un programa
socioeducativo de Acción Cultural Popular (ACPO) cuya finalidad es promover el
desarrollo del medio rural colombiano a través de procesos de educación,
formación y capacitación pertinentes, orientados a la dignificación del
campesinado y a su plena inclusión social, cultural, económica y digital.
Tienen su origen en la radio. El 31 de mayo de 1947 el
recién ordenado sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín llegó a la provincia
boyacense Sutatenza con la idea de contribuir a la alfabetización rural masiva
de la comunidad campesina a través de una rudimentaria emisora que actualmente
se conoce como Radio Sutatenza. Esta
iniciativa pedagógica y de doctrina posteriormente fue reconocida como un
modelo educativo que se convertiría en la piedra angular de la conformación de la
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER).
Con los años, los contenidos emitidos por Radio Sutatenza pasaron a ser una invaluable fuente documental, rescatada
por la ACPO y puesta al servicio público para consulta en la Biblioteca Luis
Ángel Arango en 2008.
No obstante, tras la llegada del nuevo siglo, la
relación entre el campo y la ciudad adquirió una nueva dimensión por el vertiginoso cambio del contexto social y el fenómeno
de la globalización, condiciones que la ACPO reconoció. Así, con el apoyo del Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural, el Ministerio de Agricultura, la Universidad
Pontificia Javeriana, Intel y Microsoft, la ACPO dio origen a ‘Escuelas Digitales Campesinas’ como la continuación del proyecto
iniciado mediante de la radio, pero con nuevas herramientas metodológicas,
operativas y educativas.
Mariana Córdoba, oriunda de Tucumán, Argentina, y
quien desde febrero de este año llegó a Colombia para contribuir con la misión
de la ACPO como
coordinadora de educación, afirma: “Escuelas
Digitales Campesinas se propone acercar los campesinos a las oportunidades que
ofrecen las tecnologías de la información y las comunicaciones en el marco de
la globalización. Esta es una forma de facilitar su inclusión en el mundo ya
que, hoy por hoy, para aprovechar estas oportunidades hay que hacer parte de la
sociedad del conocimiento”.
Mariana, con gran conocimiento sobre la realidad
campesina colombiana, dice que “en ACPO
tenemos una concepción muy amplia de la identidad del campesino. Es campesino
quien habita en un territorio rural, un indígena, la persona que ha sido
desplazada por muchos años y que debió mudarse a territorio urbano. Con nuestro
modelo educativo ‘Educación Fundamental Integral’ pretendemos impactar en el ser, el hacer y el saber del
campesino y su comunidad”.
Desde la implementación de la prueba piloto de este
proyecto en 2013 hasta la actualidad, se han capacitado cerca de 7 mil
personas. Partiendo de esta cifra, la ACPO tiene la ambición de extender la cobertura de
esta iniciativa y pasar de 35 a 100 Escuelas Digitales Campesinas a lo largo y
ancho del país a través de su campaña de donaciones MilAgro.
De esta manera, estos 300
estudiantes del campo dejaron por un instante sus herramientas de trabajo y se
dedicaron a la programación, programación digital.
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