200 MILLONES DE LATINOAMERICANOS EN RIESGO DE SER POBRES OTRA VEZ: OXFAM
Según el último informe de la
organización internacional, esto ocurrirá si los gobiernos de América Latina y
el Caribe no atacan la concentración extrema de riqueza y poder a través de
políticas públicas. En promedio, el ingreso de los multimillonarios
latinoamericanos es 4,846 veces mayor que el de los más pobres.

En Colombia sólo el 1% más rico de los
colombianos concentra el 20% de los ingresos del país. Según el estudio,
un multimillonario ingresa anualmente 3.695 veces lo que gana una persona
situada en el 20% más pobre de la población. En promedio, el ingreso anual de
los multimillonarios latinocaribeños es 4,846 veces mayor que el ingreso de los
más pobres en la región.
“América Latina y el Caribe logró una reducción de la
pobreza en la última década a diferencia de otras regiones del mundo. Pero esta
tendencia ya se ha roto y se están viendo cambios que ahondan la brecha entre
ricos y pobres. Ahora que la economía no va a crecer al mismo ritmo en los
próximos años debemos asegurar que repartimos mejor la renta y la riqueza. Si
no lo hacemos, tendremos 200 millones de personas en riesgo de ser pobres de
nuevo” afirma Rosa Cañete Alonso, coordinadora de la campaña IGUALES de Oxfam
en América Latina y el Caribe.
Estas cifras son algunos de los cálculos
que Oxfam presenta en su más reciente informe Privilegios que niegan derechos.
Desigualdad extrema y secuestro de la democracia en América Latina y el Caribe, presentado hoy en Lima. Con este
reporte, la organización hace un llamado a los
gobiernos para que la reducción de las desigualdades
–económicas, sociales y de poder- sean una prioridad política para la
región, que persiste como la más desigual del planeta en el reparto de ingresos
y tierra.
Adicional a su informe,
Oxfam, en asociación con el medio peruano Ojo Público, ha desarrollado una
“calculadora de la desigualdad” en forma de aplicación web. La herramienta
digital permite a los ciudadanos de 17 países de América Latina comparar su
ingreso mensual con el del resto de la población y con el de las personas más
ricas de su país. A partir de esta interacción, los ciudadanos tendrán un mayor
entendimiento sobre la dimensión de la desigualdad y cómo esta les afecta
cotidianamente.
El análisis realizado por Oxfam
demuestra que la brecha de ingreso es escandalosa y que hay una concentración
extrema de la riqueza, que limita el crecimiento y la lucha contra la pobreza.
“La concentración de riqueza va unida
a la de poder, se está produciendo un “secuestro de la democracia” en el que
los Estados dejan de estar al servicio de las necesidades de la ciudadanía,
mientras las élites políticas y económicas cooptan las instituciones
democráticas y utilizan los recursos públicos para su propia ventaja”, señala
Rosa Cañete Alonso.
El informe detalla múltiples casos
que muestran cómo opera el secuestro de la democracia en la región, lo cual
fortalece las brechas de desigualdad. Algunas situaciones que lo ilustran son
el ejercicio de la influencia en la definición de políticas en la forma
de lobby ilegítimo; la corrupción en la asignación irregular de contratos; la
sobrevaluación de obras o venta de terrenos estatales subvaluados; y
clientelismo, que se manifiesta en compra de votos, contratación de empleados
públicos dependiendo de su adscripción política, u otorgamiento de servicios
públicos como favores. Algunas de estas formas de secuestro de la democracia
son ilegales y otras son legales, pero todas ellas son ilegítimas.
“La desigualdad no es inevitable, es
el fruto de decisiones de los gobiernos que pueden revertirse si hay voluntad
política. Por eso venimos insistiendo desde hace tiempo en las
soluciones que han probado su éxito y que siguen siendo urgentes, especialmente
ahora, ante la desaceleración económica de América Latina y el Caribe. Las
democracias deben garantizar que el Estado responda ante los intereses y
necesidades de la mayoría de la ciudadanía, es necesario garantizar los
derechos de todos ante los privilegios de unos pocos”, remata Cañete.
Colombia
En relación con Colombia, Oxfam señala los efectos nocivos de la
privatización de la educación y de la salud, así como lo preocupante de los
índices de concentración de la tierra para la población más pobre y para las mujeres:
Las niñas en el sector rural se desescolarizan por falta de
recursos y para atender labores domésticas, y el país está entre los países que
presentan peores resultados en lectura, matemáticas y ciencias.
En términos de salud, el informe señala cómo en Colombia los
niños y niñas pobres tienen 2 a 5 veces mayor probabilidad de morir en el
primer año de vida, que los niños ricos. En el caso de acceso a agua potable,
asunto crucial para la salud, Colombia presenta diferencias urbano-rurales de
cobertura de más de 20 puntos porcentuales.
Otro asunto esencial es la alta concentración de tierra.
Colombia ostenta uno de los índices más preocupantes y existe el riesgo de que
se produzca una mayor concentración, como sucedería si se aprobara el llamado
proyecto de Ley ZIDRES que es apoyado por gran parte de la agroindustria y
rechazado por las organizaciones campesinas e indígenas. Los efectos de
las adquisiciones de tierra de las grandes corporaciones afecta a las personas
que viven en los territorios – en muchos lugares del continente las comunidades
han sido desplazadas forzosamente y cuando no, los pequeños propietarios se ven
perjudicados por los efectos medioambientales y los problemas de salud
asociados al uso de los agroquímicos. Es importante desarrollar políticas que
prioricen la inversión en los pequeños productores y en las mujeres rurales.
No retroceder en la reducción de la
pobreza en la región
La caída de los precios de las materias
primas ha golpeado el crecimiento económico de América Latina y el Caribe y
exige repensar un modelo de desarrollo que sitúe el debate de la desigualdad
como clave para ofrecer soluciones sostenibles. Para evitar graves retrocesos en la
reducción de la pobreza, Oxfam recomienda que los gobiernos de la región
ejerzan acciones firmes, simultáneas y coordinadas que permitan enfrentar la
desigualdad:
- Romper con los modelos de concentración de riqueza,
rentas, tierras y oportunidades.
- Poner fin al secuestro de la democracia y anteponer
los intereses de la mayoría a los privilegios de unas élites.
- Asegurar la provisión de servicios públicos para
garantizar una sociedad solidaria y equitativa.
- Apostar por un modelo económico y social
que supere la dependencia de la extracción de materias primas,
diversificando la productividad.
- Asegurar la igualdad de derechos y poder
entre mujeres y hombres
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