EL COBRE 100% RECICLABLE, ADEMÁS ES UN METAL AMIGABLE CON EL MEDIO AMBIENTE

El cobre está
presente donde quiera que miremos, constituye una parte fundamental de todo lo
que nos rodea. Sus propiedades hacen que sea el material ideal para trabajar en
el desarrollo de tres áreas fundamentales para la vida humana: energía
sustentable; tecnología; salud y medio ambiente.
Es así, donde una
de las más importantes cualidades del cobre se hace fundamental para dar rienda
suelta a sus múltiples usos y aplicaciones. El cobre es 100% reciclable, lo que
implica que:
·
Tiene la
capacidad de ser reciclado y reutilizado una y otra vez sin perder sus
propiedades.
·
Se necesita
menos energía (85 por ciento) para el reciclaje que para la producción primaria
–la extracción del cobre-.
·
40 millones de
toneladas de CO2 y 100 millones de MWh de energía eléctrica se ahorran
anualmente
·
Es una forma
ecológicamente eficiente de volver a introducir un material valioso a la
economía.
El cobre puede ser
reciclado una y otra vez, sin ninguna pérdida de rendimiento. El reciclaje del
cobre conserva recursos valiosos, ahorra energía y reduce las emisiones de CO2.
A medida que temas mundiales, como la energía, el cambio climático y la salud
se vuelven más urgentes, el cobre juega un papel importante en casi todas las
industrias. El reciclaje del cobre es una excelente forma ecológicamente
eficiente de volver a introducir un material valioso a la economía.
La eficacia del
sistema de reciclado depende de factores tecnológicos como el diseño de los
productos; económicos, como el precio del cobre y sociales, como concientizar a
la población acerca del desarrollo sostenible.
Otro factor clave
es la legislación. Actualmente existen más de 140 leyes, regulaciones,
directivas y guías internacionales que tratan de favorecer la gestión
responsable del final del ciclo de vida de los productos que contienen cobre,
como por ejemplo, electrodomésticos, teléfonos y vehículos.
En la Unión
Europea, la directiva 2002/96/CE sobre residuos de aparatos eléctricos y
electrónicos (RAEE, o WEEE del inglés Waste Electrical and Electronic
Equipment) propicia una política de minimización de desperdicios, que incluye
una obligatoria y drástica reducción de los desechos industriales y
domiciliarios, e incentivos para los productores que generen menos residuos.
Un ejemplo de
reciclaje masivo de cobre lo constituyó la sustitución de las monedas
nacionales de doce países europeos por el euro en 2002, el cambio monetario más
grande de la historia. Se eliminaron de la circulación unas 260.000 toneladas
de monedas, conteniendo aproximadamente 147.496 toneladas de cobre, que fueron
fundidas y recicladas para su uso en una amplia gama de productos, desde nuevas
monedas hasta diferentes productos industriales.
Jaulas de cobre amigables con el medio ambiente
El cobre es un
micronutriente que ayuda a lograr una buena salud y desarrollo en todos los
organismos. Por sus propiedades metalúrgicas y biológicas, las aleaciones de
cobre son un material perfecto para superficies y para estructuras sumergibles
de acuicultura marina para costas y aguas profundas.
Además conocido es
que los centros de cultivo convencionales de peces reportan pérdidas debido a
los ataques de virus y bacterias que eliminan a poblaciones enteras de peces.
Gracias a las características inherentes del cobre, las mallas permiten una
mayor oxigenación (no forma fouling); reducen la concentración de patógenos;
eliminan hongos, moho e inactivan partículas virales; y evitan el escape de
peces y ataques de depredadores. Además son 100% reciclables y generan menos
emisiones de CO2 al medio ambiente.
Es así como surgió
la iniciativa de diseñar jaulas de cobre para el cultivo de peces en abril de
2011, fecha en la que se sumergió con éxito la primera jaula de aleación de
cobre de 20 metros de diámetro, diez metros de largo y cuatro toneladas de
peso, a una profundidad de más de 30 metros, frente a las costas de Angelmó, en
la Región de Los Lagos, en Chile. De ahí en adelante las experiencias sucesivas
fueron un éxito.
Cobre versus eficiencia / Motores eficientes
La aplicación de
la Norma ISO 50001 repercute favorable y fuertemente en la industria del cobre,
en particular porque exige motores altamente eficientes, o sea, con la
capacidad de perder menos energía.
La razón es la
extraordinaria conductibilidad eléctrica que tiene este metal. Mientras más
cobre haya en el cableado de un motor mayor es su eficiencia. Esta noticia
tiene un eco importante para la International Copper Association (ICA) y los
países productores de la región, como Chile, Perú y México.
La relación cobre
versus eficiencia es lineal para el amplio rango de potencia de los motores,
desde 0,33 a 200 HP o más. Este mineral es responsable nada menos que del 60%
de la eficiencia eléctrica de un motor.
El otro factor
está en la composición del fierro que rodea a los alambres de cobre (se le
agrega silicio) y el diseño de la pieza, dividida y aislada en muchas partes
diminutas. En ambos casos, hay menos merma de calor. Este factor aporta un 30%
de la eficiencia de un motor. El 10% restante se debe a rodamientos eficientes
(con muy bajo roce) y a los ventiladores del motor, también con alto contenido
de cobre para que sean eficientes.
Cobre en autos híbridos
Los vehículos
eléctricos e híbridos han logrado un nuevo nivel de desarrollo. Aunque el mercado
comercial está aún en sus comienzos, los fabricantes de automóviles líderes del
sector han invertido grandes esfuerzos y capitales en desarrollar y probar
estos vehículos.
Dado que utilizan
un motor eléctrico como fuente de propulsión primaria, los vehículos eléctricos
e híbridos tendrán un contenido en cobre mayor que los convencionales, que
contienen cerca de 25 kilos de cobre y sus aleaciones.
La razón es que
uno de los usos más importantes del cobre es su cableado eléctrico, siendo el
segundo mejor conductor después de la plata. Además, tiene durabilidad y muy
poca corrosión. Los autos híbridos necesitan 33kg de cobre para su construcción – cerca del peso promedio de un
niño de 12 años. Por ejemplo, cerca de 3 kilos
extra se necesitan para el compresor eléctrico, el convertidor-
rectificador precisa 2 kilos, la batería de litio-ion requiere de 8 kilos y el
cable de alto voltaje usa aproximadamente 8 kilos más.
El Nissan Leaf y
el Chevy Volt están disponibles para venta desde 2010. Y los norteamericanos
están interesados. Un reporte de consumidores del 2010 realizado a 1.713 dueños
de autos concluyó que el 39% de ellos
están considerando un auto híbrido o eléctrico para su próxima compra. El 63%
de los encuestados dijeron que esperan obtener un mejoramiento significativo en
economía en combustible. Por comparación, sólo 14% de los nuevos compradores de
automóviles dijeron que están actualmente considerando autos a diesel. El
Chevrolet Volt de General Motors cuenta con cargador eléctrico que permite
cargar los vehículos en forma expedita y logra una reducción media del tiempo
de carga de 12-18 horas hasta sólo 4-8 horas comparado con una carga estándar.
Pero ¿qué tiene
que ver esto con el cobre? Bastante. El cobre juega un importante rol en todas
las tecnologías de los autos eléctricos. Se encuentra en los motores de
propulsión, sistemas de frenos regenerativo y conductores para la batería, así como en aplicaciones
tradicionales tales como equipo electrónico accesorios audiovisuales y cableado.
Los estudios han demostrado que los automóviles híbridos y los eléctricos
contienen 2,5 a 3 veces más cobre que el encontrado en las piezas del motor de
combustión interna.
“La industria del
cobre proveerá a los fabricantes con
cobre y aleaciones de alta conductividad – una fuente clave para los
vehículos eléctricos”, comentó Bob Weed, Vice Presidente de Fabricantes de
Equipos Originales (OEM) para la Copper Development Association (CDA). “El
aumento del uso de autos eléctricos es muy positivo para la independencia
energética de Estados Unidos, bueno para el medioambiente y tiene un
impacto considerable en la cantidad de
cobre que se usa en un vehículo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario