jueves, 11 de septiembre de 2014

ESCUELA FAMILIAR AGROPECUARIA EFA EN MACHETÁ BUSCA APOYO PARA SEGUIR SUBSISTIENDO



Foto tomada de http://www.opusdei.org.co/es-co/article/iniciativas-sociales-en-colombia/

Durante más de 22 años, el  modelo de formación por alternancia de bachilleres técnicos empresarial-agropecuario ha subsistido con la ayuda de algunas personas y entidades, pero hoy está a punto de cerrar sus puertas por falta de recursos.


La Escuela Familiar Agropecuaria, (EFA Guatanfur) del municipio de Machetá en Cundinamarca, hace un llamado a la comunidad en general para conseguir los recursos que le permitan seguir educando integralmente a más de 50 familias de la región.

La EFA nació hace 22 años como un centro de educación con el sueño de formar jóvenes forjadores del desarrollo rural del país. Para esta misión aplica un modelo de formación integral que se enfoca en educar líderes campesinos capaces de generar mejores condiciones de vida en las comunidades en las que se encuentren.


Hoy, la institución ha ganado un lugar protagónico en la región, pues ha beneficiado a más de 2.000 familias en la zona, ha graduado a más de 180 bachilleres técnicos empresarial –agropecuario y ha logrado que el 90% de los jóvenes se queden en el campo.

“Uno de los grandes problemas de la actualidad es que nos estamos quedando sin gente joven en el campo, lo que pone en riesgo a los países de perder su seguridad alimentaria. Además en Colombia, factores como la violencia han hecho que los jóvenes tiendan a dejar sus tierras para engrosar las grandes listas de desempleo en las ciudades. Por eso en la EFA los estamos formando para que los jóvenes logren construir un futuro sólido en su región y puedan garantizar un estilo de vida digno, productivo y en paz, alejado de la violencia”, afirmó Eduardo Muñoz Forero, Presidente de la Asociación de Padres de Familia de la EFA.

Actualmente en la EFA estudian 60 jóvenes que buscan obtener su título como Bachiller Técnico Empresarial Agropecuario, implementado una metodología propia denominada ‘Alternancia,  donde se involucra a las familias en el proceso educativo de sus hijos, buscando que ellos sean los protagonistas de su propio desarrollo y de su comunidad, ya que los jóvenes aprenden bajo proyectos productivos familiares que combinan períodos de tiempo en la escuela, y en sus hogares, generalmente en zonas rurales muy retiradas.

Para mantener este modelo, que ha demostrado su gran efectividad y pertinencia, la EFA debe garantizar cubrir integralmente todas las necesidades de los jóvenes en materia de alimentación y vivienda, de allí que lograr la manutención inicial de los jóvenes es una gran primera necesidad para los padres de familia quienes administran el servicio de residencia de los estudiantes mientras van a estudiar a la EFA.

Igualmente, la calidad de los profesores es otra columna fundamental en el éxito del modelo, pues ellos se han convertido en mentores de los alumnos y transformadores de las familias, pues no solo enseñan en el aula, sino que acompañan a cada estudiante y su familia en el proceso durante el tiempo que viven en las veredas.

Gracias a la EFA se ha logrado disminuir el nivel de pobreza en la zona, pues muchos jóvenes han construido proyectos productivos para sus familias, que han garantizado seguridad alimentaria y aumento de sus ingresos familiares en modelos equitativos de economía campesina.


Hoy la EFA busca que la comunidad en general, el Estado y la empresa privada se unan a la causa para no solo garantizar su subsistencia, sino para poder ampliar su modelo y llevarlo a más zonas del país. Para esto ha creado un Plan Padrinos para personas naturales y un Plan de Voluntariado para las empresas.

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