miércoles, 29 de septiembre de 2021

  3 CLAVES PARA CUIDAR LOS PULMONES DE LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS CRÓNICAS

● Las enfermedades respiratorias crónicas de las vías inferiores son un grupo de condiciones que afectan los pulmones, y tienen una alta prevalencia y mortalidad en todo el mundo (1).

● Este grupo de enfermedades fue la segunda causa de muerte en Colombia en 2019 y la cuarta en 2020 (2).

● El control de síntomas y la adherencia a la terapia son dos retos claves para combatir los episodios de crisis, la discapacidad y la mortalidad de estos pacientes (3).

Las enfermedades respiratorias crónicas de las vías inferiores son patologías que afectan una o más partes del aparato respiratorio y otras estructuras del pulmón, afectando la respiración de quienes las padecen (4).

Algunas de las más comunes son el asma, que se caracteriza por inflamar y estrechar las vías que conducen el aire a los pulmones, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, también conocida como EPOC, que hace que los pulmones no cumplan sus funciones, porque el tejido que intercambia el oxígeno se destruye, disminuyendo el flujo de aire en ambas direcciones (4).

Estas condiciones se encuentran entre las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo (1). En Colombia, se estima que provocaron el 22.9% de las muertes por enfermedades no transmisibles (5), y fueron la segunda causa de mortalidad no fetal en 2019 y la cuarta en 2020, luego del COVID-19 diagnosticado, infarto de miocardio no especificado y COVID presuntivo (2).

A pesar de su alta prevalencia, estas condiciones parecen tener menos programas disponibles en comparación con otras enfermedades que causan menos muertes, como la diabetes o las enfermedades hipertensivas (1). Es por esto que, en el Día Mundial del Pulmón, GSK reafirma su compromiso por contribuir a un modelo de atención que se enfoque en proteger al paciente respiratorio, prevenir agudizaciones y controlar los síntomas con el objetivo de mantener a salvo el órgano que nos permite al ser humano respirar.

TRES CLAVES PARA CUIDAR MIS PULMONES

Diagnóstico oportuno para controlar la evolución de la enfermedad (6)

Un diagnóstico preciso y a tiempo es clave para iniciar tratamiento farmacológico y no farmacológico que le permitan al paciente controlar la enfermedad y tener una buena calidad de vida (6). El acceso y la adherencia a la terapia reduce la probabilidad de agudizaciones indeseadas, hospitalizaciones e incapacidades en el largo plazo (7). Sin embargo, el subdiagnóstico de las enfermedades respiratorias crónicas es bastante alto: según cifras de 2020, se estima que el 70% de las personas con EPOC en Colombia no tiene aún conocimiento de su condición, y la cifra en relación con el asma llega hasta el 90% (8).

Los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas experimentan falta de aire, opresión en el pecho, tos crónica, falta de energía y pérdida de peso (9), y varias situaciones aumentan el riesgo de desarrollarlas. Por ejemplo, las personas que consumen tabaco tienen una probabilidad de entre 25 y 30% de desarrollar EPOC (10), y esta se incrementa según la frecuencia de consumo (número de paquetes/año) (10), así como quienes tiene una exposición de largo plazo a polvos y gases de sustancias químicas (11).

Acceso a la terapia para tomar el control y mejorar la calidad de vida

Como ya se indicó, el acceso a medicamentos y la adherencia a la terapia ofrecen a los pacientes una mejor calidad de vida, mejoran su capacidad física y de ejercicio (11), y disminuyen los episodios de crisis (7). Además, reducen las hospitalizaciones, disminuyendo al tiempo los costos para el sistema de salud (8).

A pesar de que la evidencia demuestra el impacto positivo de estos tratamientos de control (7) (1), es importante que estos estén incluidos en el Plan de Beneficios en Salud (PBS) del país para que la mayoría de pacientes pueden tener acceso a la terapia. Por ejemplo, solo el 18% de las personas con asma cuentan con prescripción de medicamentos controladores, y 20% para el caso de la EPOC (8); de hecho, estudios indican que el conocimiento sobre estas terapias es muy bajo entre la población general (12). Todo esto se traduce en mayores hospitalizaciones y pérdida de vidas (13).

Seguimiento y adherencia a la terapia para disfrutar cada respiro

Para reducir los síntomas y vivir una vida plena, es clave seguir al pie de la letra las indicaciones del médico, asistir a los controles periódicos y no abandonar la terapia (3), ya que el grado de rigor con que el paciente la cumpla determina en gran medida su efectividad (3).

Además, las acciones de autocuidado y los cambios de estilos de vida ayudan sustancialmente al control de estas enfermedades (14). Acompañar el tratamiento con mejores hábitos de salud, especialmente cesar el consumo de tabaco, disminuiría los síntomas y permitiría al paciente respirar con tranquilidad y continuar con sus actividades diarias (14).

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