jueves, 15 de octubre de 2020

Un estudio de Mass General concluyó que:

 EL CAFÉ, EL TÉ Y LOS REFRESCOS AUMENTAN EL RIESGO DE REFLUJO GATROESOFÁGICO

·         En un estudio de cohorte prospectivo de 48.308 mujeres que participaron en el estudio sobre la salud de las enfermeras II, el consumo de café, té y refrescos se asoció con un aumento significativo del riesgo de síntomas de reflujo gastroesofágico (RGE).

·         Por el contrario, no hubo asociaciones entre los síntomas del RGE y el consumo de agua, leche o jugo.

·         La sustitución del café, el té o los refrescos por agua condujo a modestas reducciones en el riesgo de los síntomas del RGE.

  Foto: Chan Andrew
director de Epidemiología
Mass General 
Los pacientes a menudo preguntan cómo la elección de bebidas afecta a los síntomas del reflujo gastroesofágico (RGE), pero la pregunta nunca ha sido examinada en un estudio prospectivo. Por consiguiente, las directrices de práctica del Colegio Americano de Gastroenterología y la Asociación Americana de Gastroenterología no recomiendan la reducción o eliminación rutinaria de bebidas específicas para prevenir o minimizar los síntomas del RGE.

Al analizar los datos del estudio sobre la salud de las enfermeras II, el Dr. Raaj S. Mehta, fellow de la División de Gastroenterología de Massachusetts General Hospital, el Dr. Andrew T. Chan, director de Epidemiología del Mass General Cancer Center, jefe de la Unidad de Epidemiología Clínica y Traslacional (CTEU) del Departamento de Medicina y vice-jefe de investigación clínica de la División de Gastroenterología, y sus colegas han documentado que el consumo de café, té y refrescos está asociado con un mayor riesgo de síntomas de RGE. Sus investigaciones se publican en Clinical Gastroenterology and Hepatology.

 

Métodos de estudio

 

El estudio sobre la salud de las enfermeras II es un estudio de cohorte prospectivo en curso sobre las enfermeras diplomadas que comenzó en 1989. Cada dos años las participantes llenan cuestionarios sobre su estilo de vida, la historia clínica y las enfermedades recién diagnosticadas, y cada cuatro años llenan un cuestionario validado de frecuencia de consumo de alimentos y bebidas.

 

Para el análisis actual, el equipo de investigación examinó los datos de 2007 a 2013 de 48.308 participantes en el estudio que tenían entre 42 y 62 años de edad en 2007. Antes de 2007, no presentaban síntomas regulares de RGE, no tenían cáncer y no usaban inhibidores de la bomba de protones ni agonistas de los receptores de histamina H2.


En los cuestionarios de 2005, 2009 y 2013, se preguntó a los participantes: "En el último año, ¿con qué frecuencia ha tenido acidez o reflujo ácido?" Las opciones de respuesta fueron "Ninguna en el último año", "Menos de una vez al mes", "Alrededor de una vez al mes", "Alrededor de una vez a la semana", "Varias veces a la semana" o "Diariamente". 7.961 participantes reportaron al menos síntomas semanales y fueron analizados como casos.

Análisis multivariado

En comparación entre los participantes que consumieron más de seis porciones/día con los que no consumieron ninguna porción, se ajustaron los cocientes de riesgo para el RGE:

·         Café: 1.34 (95% IC, 1.13-1.59; P de tendencia < 0,0001)

·         Té: 1.26 (95% IC, 1.03-1.55; P de tendencia = .001)

·         Refrescos: 1.29 (95% IC, 1.05-1.58; P de tendencia < .0001)

Para incrementos de dos porciones/día, la relación de riesgo fue de 1.06 para el café, 1.07 para el té y 1.11 para los refrescos.

Los resultados fueron similares para el café con cafeína frente al café descafeinado y los refrescos. Curiosamente, el consumo de té descafeinado se asoció con un mayor riesgo de RGE en comparación con el consumo de té con cafeína.

La relación entre el consumo de café, té o refrescos y el RGE no varió según determinados factores de riesgo de RGE: el hábito de fumar, el índice de masa corporal, el uso de terapia hormonal menopáusica o el uso de medicamentos que pueden relajar el esfínter esofágico inferior (bloqueadores de los canales de calcio, benzodiacepinas y antidepresivos).

En Colombia, de acuerdo con información de la Federación de Cafeteros el consumo per cápita de café es de 2.1 Kilogramos anuales, en los últimos años el consumo ha crecido cerca del 4% anual y el 92% de las personas mayores de 18 años son consumidoras de café. Cifras de Euromotor estiman que un colombiano  toma 1,5 litros de té al año. Según Legiscomex el consumo percapita de gaseosas en Colombia se ubica entre 48 y 50 litros por año, mientras que para los jugos es de 5 litros por año.

Otras bebidas

Durante el estudio no hubo relación entre el RGE y otras bebidas comunes, incluyendo el agua, la leche o el

jugo. De hecho, el reemplazo de dos porciones de café, refresco o té por dos porciones de agua se asoció con la reducción del riesgo de RGE en un 4% para el café y el té y en un 8% para los refrescos.

Conclusiones para los médicos

 

El riesgo de acidez estomacal y de reflujo ácido es específico de cada bebida y parece aumentar con el consumo de un mayor número de porciones de café, té o refrescos al día. Contrariamente a la opinión popular, el jugo de cítricos no parece aumentar la incidencia de los síntomas del RGE.

 

Los médicos deberían considerar la posibilidad de aconsejar a los pacientes con síntomas de RGE que beban más agua en lugar de café, té y refrescos, en especial si actualmente consumen cuatro o más porciones de cualquiera de esas bebidas al día.

 

Ante los resultados del estudio, es importante contar con el apoyo de médicos especialistas como los del Centro de Salud Digestiva de Massachusetts General Hospital.  

 

El Centro de Salud Digestiva es una práctica colaborativa de gastroenterólogos, endoscopistas, cirujanos, radiólogos, patólogos, hepatólogos, oncólogos y radioncólogos dedicados a la prevención, diagnóstico, tratamiento y manejo de enfermedades digestivas, incluyendo las condiciones médicas del esófago, estómago, intestino delgado y grueso, hígado, vesícula biliar, páncreas y colon. Nuestros especialistas ofrecen una gran experiencia y habilidad en el uso de métodos innovadores y de investigación, así como avances en la investigación, para diagnosticar y manejar tanto condiciones médicas comunes como enfermedades más complejas.

 


 

 

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