viernes, 2 de octubre de 2020

FIBRILACIÓN AURICULAR: UNA ENFERMEDAD DEL CORAZÓN QUE, BIEN TRATADA, PERMITE UNA VIDA ACTIVA 

· La fibrilación auricular es el problema de ritmo cardíaco más común en el mundo, que se desarrolla como resultado de cambios estructurales en el corazón. 

· Debido a sus síntomas, puede desmotivar a las personas de hacer algunas de sus actividades preferidas, como por ejemplo el deporte. 

· Visitar al especialista indicado de manera oportuna, recibir el tratamiento adecuado que ofrezca índices de complicaciones relativamente bajos, y cuidar el estilo de vida, permitirán a los pacientes recuperarse y vivir de forma plena y activa. 


La fibrilación auricular (FA o AFib) tiene un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen. En muchos casos, limita a las personas que disfrutan hacer actividad física y deporte, ya que al ejercitarse pueden presentar algunos síntomas como lo son palpitaciones, fatiga, falta de aire, malestar, ansiedad y mareos. 

La FA es la arritmia cardíaca más común y se caracteriza por los latidos irregulares que provoca, provenientes de una contracción descoordinada de las dos cámaras superiores del corazón (es decir, las aurículas).[1] Esta falla en la actividad eléctrica del corazón afecta a más de 2,5 millones de personas en toda América Latina[2] y una de cada cuatro personas mayores de 40 años la padecen durante su vida, por lo que se está convirtiendo en uno de los desafíos de salud más importantes de la actualidad.[3]

Al reducir la eficiencia y el rendimiento del corazón, puede hacer que las personas se sientan mal en general porque el oxígeno no se envía adecuadamente a todas las partes de su cuerpo.[4] La detección temprana de la FA es vital porque ésta puede progresar y conducir a problemas de salud más graves, como un derrame cerebral o una insuficiencia cardíaca. 

Sus causas no siempre son claras y pueden ser muy variadas, entre las que se encuentran antecedentes familiares, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, edad, consumo de alcohol, obesidad y otras afecciones crónicas. [5]

El Dr. Antonio Miranda, Presidente del Colegio Colombiano de Electrofisiología Cardiovascular, recomienda varios cambios que puede hacer en su estilo de vida para reducir el riesgo de desarrollar FA: 

o Mantener un peso saludable; recuerde que ​​las personas obesas tienen un riesgo 49% mayor de desarrollar FA en comparación con las personas no obesas.[6]

o Controlar la ingesta de alcohol. Existe un vínculo bien establecido entre el consumo de alcohol y la FA. Limitar su consumo puede ayudar a prevenirla.[7]

o Hacer ejercicio regularmente. Cualquier forma de ejercicio reduce el riesgo de FA, por eso, trate de mantenerse físicamente activo. Sin embargo, evite las actividades de resistencia extenuantes, especialmente si tiene más de 50 años, ya que esto puede aumentar su riesgo de desarrollarla.[8]

o Dejar de fumar. Fumar tiene un enlace claro a la FA. En un estudio de 15.792 pacientes, los que dejaron de fumar redujeron el riesgo de FA en un 36%.[9]

o Evitar los estimulantes. Las fuentes artificiales de cafeína (por ejemplo, de las bebidas energéticas) y los estimulantes que se encuentran en los medicamentos de venta libre y recetados pueden desencadenar FA.[10]

A pesar de ser diagnosticado con FA, sí es posible tener una vida sana nuevamente, sentirse activo, volver a la rutina y hacer actividad física de forma vigorosa. Para esto, se han desarrollado diferentes opciones para tratar y controlar sus síntomas, entre ellos se encuentran los medicamentos (que es probable que el médico recete como el primer curso de acción para manejarla), y los procedimientos, como la ablación con catéter, que bloquea partes de la vía eléctrica anormal en el corazón que están causando la arritmia y que, para muchos pacientes, es una solución permanente y además no es invasiva. 

Este procedimiento no quirúrgico lo realiza un médico especialista llamado electrofisiólogo. En él se utilizan una variedad de sistemas de imágenes y monitoreo, en donde cables flexibles o catéteres navegan hacia el corazón a través de una arteria o vena. El catéter se usa para identificar la fuente de las señales eléctricas anormales y, cuando está ubicado, administra ráfagas de ondas de alta energía (radiofrecuencia) que eliminan las áreas anormales, de forma precisa y efectiva. Se ha demostrado que la ablación por catéter tiene índices de complicaciones relativamente bajos y buenos índices de éxito para los pacientes seleccionados adecuadamente.[11]

“Mientras mayor sea su conocimiento sobre la fibrilación auricular, mayor será su control sobre su condición. Converse con su médico acerca de las distintas opciones de tratamiento, de modo que pueda comprender completamente cómo funciona cada uno, con qué frecuencia necesita tomar cualquier medicamento o si es recomendado que se realice un procedimiento como la ablación con catéter pues podría funcionar mejor para usted. Queremos que las personas se informen y participen en las decisiones sobre su salud, para que la arritmia no las detenga de vivir de forma plena”, asegura el Dr. Miranda. 

Dado que la fibrilación auricular es una enfermedad progresiva que se vuelve más difícil de manejar cuanto más tiempo persiste[12], es importante recibir tratamiento lo antes posible y con su médico podrá determinar el adecuado para su estilo de vida. La buena noticia es que hay una variedad de opciones disponibles para ayudar a los pacientes a manejar su arritmia, y algunos cuentan con la tecnología indicada para lograr los mejores resultados. Para obtener más información sobre la fibrilación auricular, sus síntomas y tratamiento, puede ingresar a www.miarritmia.com

[1] Global Burden of Disease Collaborative Network (2016) Global Burden of Disease Study 2016 (GBD 2016) Results. Seattle, United States: Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), 2017. Accessed 2018-04-20. Available from http://ghdx.healthdata.org/gbd-results-tool. 

[2] Odutayo A, Wong CX, Hsiao AJ, Hopewell S, Altman DG et al. (2016) Atrial fibrillation and risks of cardiovascular disease, renal disease, and death: systematic review and meta-analysis. Bmj 354 i4482. 

[3] Waktare JEP (2002) Atrial Fibrillation. Circulation; 106:14–16. 

[4] Lip GY, Fauchier L, Freedman SB et al. (2016) Atrial Fibrillation Nat Rev Dis Primers. Mar 31;2:16016. 

[5] Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D et al. (2016) 2016 ESC Guidelines for the management of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J 37 (38): 2893-2962. 

[6] Menezes AR, et al. (2015) Lifestyle Modification in the Prevention and Treatment of Atrial Fibrillation Prog Cardiovasc Dis ;58(2):117–25. 

[7] Morin DP, et al. (2016) The State of the Art: Atrial Fibrillation Epidemiology, Prevention, and Treatment Mayo Clin Proc ;91(12):1778-1810. 

[8] Menezes AR, et al. (2015) Lifestyle Modification in the Prevention and Treatment of Atrial Fibrillation Prog Cardiovasc Dis ;58(2):117–25. 

[9] Sabzwari S, et al. 2018 Ten Lifestyle Modification Approaches to Treat Atrial Fibrillation Cureus ;10(5):e268. 

[10] Sabzwari S, et al. 2018 Ten Lifestyle Modification Approaches to Treat Atrial Fibrillation Cureus ;10(5):e268. 

[11] Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D et al. (2016) 2016 ESC Guidelines for the management of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J 37 (38): 2893-2962. 

[12] Van Gelder I C, Hemels M EW (2006) The progressive nature of atrial fibrillation: a rationale for early restoration and maintenance of sinus rhythm Europace 8, 943–949

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