miércoles, 24 de diciembre de 2025

¿Shu shu shu a la salud y al sistema económico?

ANÁLISIS CRÍTICO: DOS CRISIS ENTRELAZADAS — COLAPSO DEL SISTEMA DE SALUD Y LA EMERGENCIA ECONÓMICA

Por: Edgar Ricardo Ardila,
Profesor de Gerencia, Periodista e Investigador
Candidato al Senado 2026
No. 81 en el tarjetón por Cambio Radical

El país enfrenta hoy dos problemas que se retroalimentan: por un lado, la falla operativa y el riesgo de colapso del sistema de salud, y por otro, la declaratoria de emergencia económica para cerrar un hueco fiscal.

No son dos asuntos aislados; son caras de la misma crisis: la real y más grave es la incapacidad de convertir recursos públicos en atención efectiva y la crisis ética de la tentación de resolver déficits estructurales con atajos administrativos. El resultado es que la burocracia se come la política pública y los pacientes y sus familias, pagan la cuenta con sus vidas 

En verdad, la declaración de emergencia NO es emergencia por que el sistema de salud esta desfinanciado desde hace tiempo y reseco a propósito estos recientes. 

Tampoco es en los valores indicados ni siquiera en los gastados este año, porque se escasearon servicios a los usuarios para multiplicar la burocracia.  Es decir, muertos a cambio de puestos. Aún hay más muertos, unos más lentos que otros. No es Hoy Colombia la Potencia de la vida. Se perdió la oportunidad.

1. La falla o colapso del sistema de salud: causas y efectos humanos

La crisis operativa del sistema de salud no es un accidente técnico: es la suma de decisiones políticas equivocadas y omisiones. Entre las causas están la mala ejecución presupuestal, pagos tardíos a proveedores, procesos de compra ineficientes, y estructuras administrativas que multiplican trámites sin agregar valor clínico. El efecto es directo y brutal: listas de espera crecientes, cancelación de procedimientos, falta de equipos y sobrecarga del personal. Los “héroes de la salud” —médicos, enfermeras, técnicos— sostienen la atención en condiciones precarias; las familias soportan la angustia de la incertidumbre y el deterioro de la continuidad asistencial. Las EPS, que son el nodo del sistema, recalentadas resecas por el calculado shu shu shu y las IPS, quebrando el sistema por iliquidez 

Desde la perspectiva del paciente y del familiar, la pregunta es simple y urgente: ¿llegan los recursos a la cama, al quirófano, al medicamento y al profesional que atiende? Si la respuesta es no, entonces las cifras macro son irrelevantes. La legitimidad de cualquier medida pública se mide por su capacidad de mejorar la atención en el día a día. El burócrata mide el poder del estado por la concentración del poder político, un fortín político que podría llamarse adres. Pero no se puede así y menos para destruir,  la función debe ser precisamente proteger y construir sobre una roca sólida, que se sabe está en  el know how de esos actores en el ecosistema de la salud que giran alrededor de uno solo , de un nodo que son EPS pública y privadas ya experimentados y perfeccionables. Ojalá hubiera más EPS y más IPS y que el paciente, su familia y los profesionales escojan, es que ellos son los que saben de las dolencias.

2. La emergencia económica: herramienta o atajo peligroso

La emergencia económica se plantea como un mecanismo para obtener liquidez rápida y cubrir un faltante presupuestal significativo. En teoría, puede evitar rupturas operativas inmediatas. Es una verdad para incitar una mentira, en la práctica no hay nada de avance, nada sin reglas claras, transparencia y planes de transición, es un saco roto: recauda hoy para tapar agujeros recurrentes mañana.  Además, el uso extensivo de decretos para asuntos que requieren deliberación técnica le corresponde al congreso y abre la puerta a decisiones que no han sido sometidas al escrutinio público ni al debate legislativo. Por eso ahora, tiene el país la sabiduría de la Corte que es el freno al descalabro, esos atajos que confunden verdades con mentiras también se tratan a desbordar sobre funciones y procesos ya establecidos. 

La emergencia puede ser útil cuando se limita a resolver un problema puntual y viene acompañada de condiciones: trazabilidad de recursos, metas temporales, auditorías independientes y un plan para convertir las medidas temporales en reformas estructurales aprobadas por el Congreso. Sin esas condiciones, la emergencia alimenta la improvisación y la burocracia.

3. Conexiones: cómo se multiplican ambas crisis La investigación y desarrollo y la competitividad se opaca y sin libertad no hay paraíso.

  • La improvisación fiscal alimenta la ineficiencia operativa. Cuando el Ejecutivo recurre a medidas urgentes sin planificación, los giros y programas se diseñan para rapidez, no para eficacia. Eso genera procesos de ejecución acelerados que carecen de controles y terminan en pagos ineficaces o en compras mal planificadas.
  • La burocracia devora recursos. Capas administrativas, requisitos redundantes e intermediarios cuyos desconocimientos, aumentan costos transaccionales y retrasan la llegada de insumos y pagos a hospitales y clínicas. Hay rotos y fugas por doquier.
  • La pérdida de confianza paraliza las inversiones. La incertidumbre regulatoria y fiscal desalienta la inversión privada en salud y provoca, que proveedores reduzcan capacidad o exijan mayores precios, lo que a su vez presiona las finanzas públicas. 
  • El impacto humano retroalimenta la presión política. Demoras y fallas en la atención generan protestas, demandas y presión para soluciones rápidas, que a menudo son más decretos y más improvisación. La ciudadanía ya se dio cuenta del peligro inminente del desinterés en los momentos de verdad, en la relación médico paciente y en las relaciones del ecosistema que él dominó o afán de dominio al estilo shu shu shu va desgastando

4. Crítica central: ¿echar todo al saco de la burocracia o revitalizar el sistema?

Calificar la situación como “burocracia” es correcto pero insuficiente. No se trata solo de capas administrativas: se trata de un diseño institucional que prioriza procesos sobre resultados. Echar la culpa a la burocracia sin proponer cambios en gobernanza, incentivos y capacidades es resignarse. 

La alternativa es una revitalización integral del sistema público y privado de salud que combine:

  • Gestión orientada a resultados: metas operativas claras (pagos puntuales, entrega de equipos, reducción de listas de espera) con plazos y responsables.
  • Trazabilidad y transparencia: cada transferencia y compra debe ser pública, con indicadores verificables y auditorías ciudadanas.
  • Reingeniería administrativa: eliminar intermediaciones que no aportan valor clínico; simplificar compras y pagos; ventanillas únicas para trámites críticos.
  • Protección del capital humano: condiciones laborales, pagos puntuales y formación para retener talento.
  • Deliberación técnica y participación ciudadana: el Congreso y los foros técnicos deben ser el escenario para convertir medidas temporales en reformas estructurales, con la voz de pacientes y profesionales presentes.

5. Propuesta de prioridades operativas 

  1. Verificación inmediata de recursos: mapa público de origen, destino y calendario de ejecución.
  2. Giros priorizados a prestación: asegurar pagos a EPS/IPS para evitar quiebras de flujo y garantizar continuidad.
  3. Metas 30/90/180 días: pago de facturas atrasadas; entrega de equipos críticos; reducción verificable de listas de espera.
  4. Panel evaluador ciudadano: académicos en salud pública, representante de pacientes y auditor independiente con mandato público y reportes trimestrales.
  5. Cláusulas de transición: cualquier medida temporal debe incluir reglas para su conversión a norma aprobada por el Congreso o su reversión automática.

Conclusión 

No hay contradicción entre cerrar un hueco fiscal y revitalizar el sistema de salud; la contradicción surge cuando se intenta hacer ambas cosas sin planificación, sin control y sin ética administrativa. La verdadera prueba de la política pública no es la rapidez con que se recauda, sino la certeza con que los recursos se traducen en atención efectiva. Los pacientes y sus familias, y los profesionales que sostienen la atención, exigen y merecen una respuesta que sea técnica, transparente y humana. Revitalizar el sistema exige disciplina: priorizar la ejecución efectiva sobre la retórica, la trazabilidad sobre la improvisación y la deliberación técnica sobre los atajos administrativos. Solo así, los recursos dejarán de ser un número en un saco y volverán a ser lo que deben ser: medios para salvar vidas.

Para entrevistas o contacto al candidato, por favor escribir a mixnewscolombia@gmail.com 

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