UNA PROTESTA INÚTIL CONTRA LA ECONOMÍA DE LAS APLICACIONES
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Michael P. Gregoire |
Viendo las recientes protestas contra Uber en París y en
Latinoamérica, me acuerdo de las protestas del siglo XIX, que se dieron en
Inglaterra contra el nuevo "carruaje sin caballos". Las empresas de
carros con tracción a caballos, molestos con la comodidad y la velocidad del
viaje mecanizado, presionaron al gobierno británico para introducir, con éxito,
la legislación titulada “La Ley de la Bandera Roja (The Red Flag Act)”. Como
resultado, se requería a los conductores de vehículos autopropulsados tener a una
persona caminando delante del vehículo con una bandera roja. La ley puso
límites de velocidad estrictos a los predecesores del automóvil para evitar la
competencia con los carruajes. En esencia, el acto intentó forzar las nuevas
máquinas a moverse más lentamente que los caballos. Hoy, el acto es una nota al
pie poco conocido en la historia, un claro recordatorio de la resistencia
equivocada - a menudo en la forma de regulación - que acompaña el progreso
tecnológico.