DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER: UNA OPORTUNIDAD PARA MIRAR, ENTENDER Y ACOMPAÑAR
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta la memoria, el lenguaje, la orientación y otras funciones cognitivas. En etapas avanzadas, compromete la autonomía, limita las actividades básicas de la vida diaria y genera una alta dependencia. Para las familias, implica el cuidado físico, una carga emocional, psicológica y económica significativa.
A diferencia del envejecimiento normal, los síntomas del Alzheimer son persistentes, progresivos y afectan la vida diaria. Las señales de alerta más comunes incluyen pérdida de memoria reciente, desorientación en lugares conocidos, dificultad para encontrar palabras, cambios de personalidad y dificultad para reconocer personas cercanas. En muchos casos, estos síntomas pueden pasar desapercibidos o confundirse con olvidos cotidianos, lo que retrasa el diagnóstico y el acceso a tratamiento.
“El Alzheimer no empieza cuando el paciente ya no reconoce a su familia. Hay señales sutiles que aparecen mucho antes, y detectarlas a tiempo puede cambiar el rumbo de la enfermedad. La evaluación neurológica temprana permite iniciar un abordaje integral que mejora la calidad de vida del paciente y del cuidador”, afirma Catalina Unda, neuróloga especializada en Trastornos Cognitivos y del Movimiento de Centros Médicos Colsanitas Premium.
Aunque actualmente no existe una cura, sí hay tratamientos que permiten controlar algunos síntomas y mejorar la calidad de vida. El manejo integral incluye medicamentos específicos para fases leves o moderadas, además de terapias no farmacológicas como estimulación cognitiva, fisioterapia, musicoterapia, terapia ocupacional y acompañamiento psicosocial.
Diversos estudios han demostrado que mantener hábitos saludables puede contribuir a retrasar el deterioro cognitivo. Seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio de forma regular, dormir bien y controlar factores de riesgo como la hipertensión o la diabetes son medidas que, integradas en la rutina diaria, favorecen el bienestar cerebral y la calidad de vida de las personas con Alzheimer.
Para quienes cuidan, el Alzheimer representa un reto diario, debido al agotamiento físico y mental, la tristeza, la frustración y la sensación de aislamiento los cuales son frecuentes. Por eso, expertos recomiendan crear espacios de respiro para cuidadores, brindar acompañamiento psicológico, fomentar redes de apoyo y ofrecer formación continua para el manejo de síntomas y estrategias de comunicación.
Cuidar a una persona con Alzheimer es un acto de amor, pero también una responsabilidad que no debe asumirse en soledad. En este Día Mundial, el llamado es a mirar la enfermedad con empatía, a derribar los prejuicios que aún persisten en torno a la demencia y a reconocer el valor del acompañamiento digno y constante.
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