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Love Chicharrón genera 8
nuevos empleos directos con su apertura en Salitre Plaza, sumando más de 50 en
total.
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La marca ha conquistado el
paladar de miles de bogotanos con una propuesta que reinventa la comida típica
colombiana.
Desde su primer local en Santa Bárbara, Love Chicharrón ha evolucionado hacia un concepto que combina tradición con creatividad. Actualmente, emplea de forma directa a más de 50 personas, y se espera que este nuevo punto genere al menos 8 nuevos empleos. La marca recibe y capacita personal de todas las edades, promoviendo oportunidades laborales inclusivas y formación continua en el sector gastronómico.
“Estamos
emocionados de llegar a Salitre Plaza, porque es una zona que reúne familias,
trabajadores y estudiantes que valoran la buena comida hecha con sabor y alma”,
afirma Valentina Builes, cofundadora
de la marca.
Love Chicharrón se
ha ganado el cariño de los comensales gracias a su propuesta basada en el chicharrón, preparado con técnicas de
cocción lenta, un marinado especial de la casa y una carta de acompañamientos
que fusiona lo criollo con lo contemporáneo.
Su plato estrella
en esta nueva sede será el Chifrijol,
una mezcla deliciosa de fríjoles, pico de gallo, guacamole, chicharrón carnudo
y totopos. Inspirado en una entrada típica de Costa Rica, este plato resume la
filosofía de la marca: reinterpretar lo clásico con autenticidad y sabor.
Además, llega con fuerza a la plazoleta el Bowl
Paisa, una propuesta pensada como almuerzo diario, que combina fríjoles,
arepa, chicharrón y guacamole.
“Queríamos ofrecer
una opción contundente, casera y equilibrada, porque no hay mejor combinación
que fríjoles con chicharrón. Este plato ha tenido una gran acogida”, explica Juan Pablo Bonilla, cofundador de Love
Chicharrón, y añade: “Nuestro reto ha sido demostrar que la comida típica no
tiene por qué ser anticuada ni predecible. Apostamos por un concepto que
respeta la tradición, pero innova en presentación, ambiente y servicio”.
Una marca que
crece con raíces firmes
Más allá de la
cocina, Love Chicharrón ha estructurado un modelo de negocio sostenible, basado
en procesos estandarizados, selección rigurosa de proveedores locales y un
equipo humano capacitado en hospitalidad. Esta base operativa ha sido clave
para escalar sin perder calidad.
Cada nuevo punto
de venta se adapta a las dinámicas del sector donde opera. En el caso de
Salitre Plaza y con una inversión que superó los 200 millones de pesos, la
propuesta responde a un público diverso y en movimiento, con una carta ágil y
menús especiales para quienes visitan el centro comercial durante la jornada
laboral o el fin de semana.
Con esta nueva
apertura, la marca inicia una etapa de exploración de formatos en plazoletas de
comida, buscando adaptar su esencia a espacios de alto flujo y fácil acceso. La
idea, según sus fundadores, es evaluar la experiencia en Salitre Plaza y, a
partir de allí, considerar futuras expansiones en otras zonas de Bogotá.
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