“EL PAÍS TIENE LA DEUDA HISTÓRICA CON EL CAMPO COLOMBIANO”: DIRECTOR EJECUTIVO VALLENPAZ
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Luis Alberto Villegas |
Luis Alberto Villegas Prado, Director Ejecutivo de VallenPaz,
es uno de los siete expertos que conforman el grupo de profesionales que
durante más de un año han estado trabajando en un documento que busca dar luces
sobre cómo empezar a concretar una nueva ruralidad como escenario para la paz.
El documento será presentado del 24 al 26 de
septiembre durante el II Congreso Internacional EDIFICAR LA PAZ EN EL SIGLO XXI,
organizado por la Universidad de La Salle en la sede chapinero de la
institución en Bogotá.
Justamente, nueva
ruralidad como escenario para la paz es el nombre del eje temático con el
que Villegas participará como invitado especial al evento que reunirá a más de
43 expertos (nacionales e internacionales) en temas de paz, reconciliación, cooperación
internacional, desarrollo rural, trabajo comunitario, industria, política,
sociología, economía y antropología. Además de su trabajo durante los tres días
del Congreso, los expertos crearán entre todos un documento que se conocerá
como Manifiesto por la Paz, con el que La Salle y sus aliados quieren llegar a
cada rincón de Colombia.
Antes de su llegada a la capital, logramos un
adelanto de los conceptos que Villegas presentará en el evento.
-
¿Cuál es el mensaje que usted desea enviar al participar en el Congreso?
El País tiene una deuda histórica con el campo
colombiano por el sub desarrollo en que lo ha dejado postrado. Los habitantes
rurales de Colombia, además de duplicar en pobreza a los urbanos, no cuentan
con acceso a educación pertinente y mucho menos de calidad. La política pública
los excluye -a menos que se declaren víctimas- cuando hay una mayoría de
campesinos que se han quedado en el campo resistiendo el conflicto y el
abandono, pero produciendo alimentos para abastecer a las ciudades; por tanto
no han sido despojados, ni desplazados y no pueden ser catalogados como
víctimas. A estos campesinos no les prestan en un banco para capital de trabajo
por falta de garantías, no cuentan con asistencia técnica, no tienen vías
pavimentadas, ni acueducto, ni alcantarillado, ni servicios de salud, y a los
afortunados que tienen servicio de energía eléctrica les cobran tarifa de
alumbrado público sin que los operadores les presten el servicio. Para resolver
este problema estructural debe construirse
e implementarse una verdadera política pública de desarrollo rural, pero esta
debe ser integral y debe tener enfoque territorial. Esta condición implica que
debe ser construida en el territorio, con la participación de los actores
presentes en el territorio y debe tener en cuenta todos los aspectos del
desarrollo.
- ¿De
cara a este tema, se debería diferenciar entre el gran y el pequeño agricultor?
La política pública para el desarrollo rural deberá
diferenciar la agricultura de los pequeños productores de la de los medianos y
los grandes y reconocer que el sistema sectorial no aplica para la pequeña
agricultura; que esta exige un modelo de desarrollo integral en el que los
sistemas productivos prevalezcan sobre los monocultivos y sus cadenas productivas
sectoriales; en el que la educación sea práctica, entregada en módicas cuotas,
pertinente y adecuada; en el que el ahorro comunitario anteceda a la
bancarización; en el que se venda antes de sembrar; en el que se haga
investigación aplicada a la economía campesina; en el que se enseñe a pescar y
se permita el acceso a los lugares de la mejor pesca; en el que se propenda por
la sostenibilidad económica, social y ambiental.
-
Cuándo se habla de la situación del campo y los campesinos parece que la
gente que vive en las ciudades no tiene nada que hacer al respecto. ¿Qué puede
hacer el ciudadano común y corriente para contribuir a la paz?
Esta es una preocupación que hemos discutido al interior
de VallenPaz. Todos los colombianos queremos la paz de nuestro País y son
muchos los que quisieran contribuir a construir esa tan anhelada paz pero no
encuentran un camino fácil y eficaz de hacerlo. En VallenPaz creamos en 2013 la
campaña La Fuerza de los Alimentos como una manera de brindarle al ciudadano del
común la posibilidad de contribuir a la paz de Colombia.
-
¿En
qué consiste exactamente La Fuerza de los Alimentos?
Es una campaña que invita a los ciudadanos a
enfilarse como soldados de los alimentos con dos misiones muy específicas: a) Consumir
productos Cosechas de Paz, que son producidos por comunidades de pequeños
productores apoyadas por VallenPaz que habitan en zonas de conflicto y son producidos
con tecnologías de agricultura limpia, es decir, baja en agroquímicos y
comercializados directamente por los productores a los diferentes mercados, sin
intermediarios. b) Hacer una
contribución de al menos $3.000 mensuales para ayudar a fortalecer la cadena de
abastecimiento de los productos Cosechas de Paz.
Hoy La Fuerza de los Alimentos es el único ejército
que pelea con armas diferentes a las de la guerra. Usted puede ver el material
en Youtube, le sorprenderá saber que desde su lanzamiento, 4.600 personas se
han vinculado a la campaña, lo que ha permitido que más familias se queden en
el campo desarrollando su proyecto de vida y mejorando sus condiciones.
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¿Por qué cree que como sociedad debemos apostar por la paz?
Colombia es un país en cuya historia siempre ha
estado presente el conflicto armado en diferentes expresiones y escenarios, y
eso ha permitido que la violencia se inserte en nuestra cultura. Los hechos que
vivimos en el pasado mundial de futbol lo evidencian; en los partidos que ganó
Colombia, un gran número de colombianos
que salieron a las calles a celebrar terminaron protagonizando actos violentos;
y cuando Colombia perdió, ocurrió lo mismo, lo que demuestra que en nuestra hay
una gran predisposición a la violencia. Si revisamos los indicadores de
violencia intrafamiliar y los indicadores de muertes por accidentes de tránsito
las cuales son lideradas por peatones y seguidas por motociclistas, podemos
comprender que en términos generales los colombianos tenemos una tendencia a
actuar de manera violenta o a propiciar hechos que contribuyen a la violencia.
En este sentido, hablar de paz en Colombia implica obligatoriamente un cambio
en la sociedad.
-
¿Qué
es lo más relevante en ese cambio social del que usted habla?
No podemos esperar que porque se firme el acuerdo
de paz en La Habana podamos declarar la paz en Colombia, mientras sigan
existiendo líneas imaginarias en los barrios que de ser cruzadas por un
extraño, lo convierten en objetivo de una pandilla o de una bacrim; ni mientras
sigan asesinando personas a quienes la justicia le ha devuelto sus tierras de
las cuales algún día fueron desalojados; ni mientras siga habiendo víctimas
mortales por causa de un robo; ni mientras las corrupción siga rampante deteriorando
el patrimonio público y los valores de la sociedad. Solo vamos a alcanzar la
paz cuando nuestro País disminuya sus índices de desigualdad como resultado de
un proceso sistemático de generación de oportunidades de desarrollo integral
para las poblaciones menos favorecidas, quienes al mejorar su poder adquisitivo
requerirán cada vez menos del Estado y por el contrario incrementarán la
demanda de bienes y servicios para bien del crecimiento de la economía del
País.
Sobre el eje: Nueva
ruralidad como escenario para la paz
Este es uno de los cinco
ejes temáticos del II Congreso Internacional Edificar la Paz en el Siglo XXI.
Este eje aborda la
construcción de entornos rurales pacíficos a partir de tres grandes temas: La
promoción de la ciudadanía rural. Las variables de los elementos sociales,
políticos y culturales de la restitución de tierras y la nueva ruralidad en el
escenario de la construcción de la paz.
Dentro
de estas variables y planteamientos se encuentran: la distribución de los
beneficios del estado, la asociación y movilización rural campesina,
perspectiva de género para la nueva ruralidad, el mercado de tierras en el
país, conceptos de prevención, argumentos generacionales, educación y
seguridad, entre otros.
Este equipo de expertos
está integrado entre otros por: Nadia Rodríguez, PhD Sociología. Libia Grueso
reconocida por su trabajo social con las comunidades negras. Luis Alberto
Villegas, Director Ejecutivo de Vallenpaz. Jorge Iván González, consultor de
las Naciones Unidas para el estudio sobre el desarrollo humano y la misión
social, Carlos Gómez Restrepo, Rector de la Universidad de La Salle y Wilson Vergara, docente de la institución.
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