DESMONTANDO 5 MITOS SOBRE EL VOTO ELECTRÓNICO

"La tecnología ha cambiado la forma en que la gente se involucra en la
política. Es una fuente de nuevas oportunidades que genera interacción entre
los ciudadanos y sus gobiernos". Con estas palabras inició Madeleine Albright, ex secretaria de Estado de los
EE. UU., su participación en un debate sobre tecnología y democracia en Washington D. C. el pasado mes de octubre.
Albright considera que la tecnología ofrece, como nunca antes, herramientas
para fortalecer las democracias. Sin embargo, también alerta sobre los retos
que esta trae consigo. “Hoy en día hay más de 7.000 millones de teléfonos
móviles activos en el mundo, dándole a la gente acceso a información verdadera
y falsa 24 horas al día, 7 días de la semana”.
A pesar de los beneficios que la automatización electoral ha traído a un
tercio de los votantes en el mundo, aún existe información falsa sobre la
confiabilidad, exactitud, privacidad, costo y seguridad del voto electrónico. En
vista de la importancia que revisten las elecciones para cualquier democracia, a
continuación desmontamos cinco de los mitos que se repiten frecuentemente sobre
las elecciones automatizadas.
1
“El voto electrónico no es confiable”
Utilizar un
sistema de voto electrónico bien diseñado es la forma más segura, exacta y
confiable de conducir una elección. Al aplicarse auditorías antes, durante y
después de la elección se puede tener plena certeza que lo expresado en el
sistema refleja fielmente la voluntad manifestada por los electores.
Los códigos
fuentes de las distintas partes del sistema pueden y deben ser revisados. Si a
eso se suma la impresión de una traza de papel que muestre lo sucedido con cada
voto a través de toda la elección y que pueda cotejarse con los resultados
electrónicos, la garantía es total.
En elecciones
manuales, sistema al cual recurren los detractores de la automatización electoral,
el factor humano interviene en el acto mismo de votación, pasando por el conteo
de los votos y la totalización de los resultados. Esto incrementa las
posibilidades de que ocurran errores, bien sean intencionales o involuntarios.
2
“Usando voto manual se logran resultados
exactos”
Los sistemas automatizados
son deterministas. Es decir, producen la misma salida a partir de las mismas
condiciones de partida. Si un sistema ha sido bien diseñado, y su
funcionamiento ha sido verificado rigurosamente, sólo podrá producir resultados
exactos.
Durante una
elección automatizada el registro y conteo de votos, la transmisión de datos y
la totalización de resultados se realizan a través de sistemas seguros que
resguardan la información utilizando modernos esquemas de cifrado para
garantizar total exactitud.
En las
elecciones manuales, las etapas cruciales de la elección, como lo pueden ser el
conteo de votos y la totalización, dependen de la capacidad y disposición de
las personas involucradas. A esto se agrega el hecho que estas actividades se
realizan cuando los operadores están más cansados y bajo mayor presión. En
otras palabras, cuando son más propensos a cometer errores.
3
“El voto electrónico no garantiza el
secreto del voto”
Al referirse sobre el secreto del voto en sistemas automatizados, Antonio
Mugica, CEO de Smartmatic, dice: “Para garantizar que los votos nunca sean
registrados en secuencia, y que no se pueda relacionar a ningún votante con su
voto, se utilizan algoritmos informáticos sofisticados que establecen
distribuciones aleatorias de los datos almacenados. Esto, en combinación con
las características de seguridad que debe tener todo sistema que guarde
información sensible, ofrece las condiciones de privacidad ideales para
garantizar que el voto de cada ciudadano sea verdaderamente secreto.”
En otras palabras, los sistemas de voto
electrónico alteran el orden en que se registran los votos para impedir que se
viole el secreto del voto.
4
“La tecnología electoral es más costosa”
La
implementación del voto electrónico se traduce en un ahorro a mediano y largo
plazo. A pesar de la inversión inicial necesaria para la adquisición de
software y hardware, con cada elección sucesiva el costo por votante por elección decrece significativamente.
Según apunta Mugica “Smartmatic tiene clientes que han reducido el costo por
votante por elección entre 15% y 50% al automatizar sus elecciones”.
Cada elección
manual implica una producción masiva de material electoral (ej. boletas de
votación) y una logística de transporte y almacenamiento mucho más complicada
que la empleada en una elección automatizada.
5
“El voto manual es más accesible“
En el artículo El caso a favor de la tecnología electoral, Mugica destaca que los votantes reportan
consistentemente que es más fácil votar electrónicamente que con bolígrafo y
papel. Esto se debe en gran medida a que otras tecnologías con interfaces
similares, tales como cajeros automáticos y los teléfonos inteligentes, son ya de
uso cotidiano. Esta familiaridad facilita la implementación del voto
electrónico.
En el caso de
votantes con discapacidades, las máquinas de votación brindan la posibilidad de
incorporar dispositivos para ejercer el voto mediante instrucciones dictadas
por audio o utilizando controles especiales. De esta forma, la tecnología aumenta
la participación de personas con discapacidades, fortaleciendo así la inclusión
y el proceso democrático en general. Las elecciones manuales no brindan estas facilidades
y obligan a los votantes con discapacidades a requerir de la asistencia de
alguien para ejercer su derecho, lesionando la independencia y secreto de su
voto.
Si desea conocer
otros mitos asociados al voto electrónico, lo invitamos a ver el siguiente
video: https://www.youtube.com/watch?v=lpLnvw0IUEA
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