VOTO ELECTRÓNICO AUDITABLE AUMENTA LA CONFIANZA ELECTORAL

Es decir, para generar la confianza
necesaria en los resultados de cualquier elección, una plataforma de voto
electrónico no se puede limitar –solamente- a contar exactamente votos, sino
que debe incluir mecanismos robustos, transparentes y fiables para que sus procesos
sean verificables e inobjetables.
Las auditorías responden a esta
necesidad. “En esencia, una auditoría es el acto apropiado para demostrar y
certificar, ante todas las partes interesadas, el correcto funcionamiento de un
sistema de votación”, sostiene Samira Saba de Smartmatic, firma que ha ayudado a importantes comisiones
electorales a realizar elecciones más eficientes y transparentes por medio de
la automatización. Saba agrega que “un sistema de voto electrónico 100%
auditable es la solución para muchos países latinoamericanos, ya que la
agilidad y la transparencia son las características más idóneas para incentivar
la confianza y participación del electorado en los comicios”.
Una de las grandes ventajas que
ofrecen las votaciones automatizadas con sistemas auditables, es que las
auditorías pueden realizarse en todas sus instancias. Es decir, antes de las
elecciones (auditorías previas), durante la jornada electoral (auditorías en
caliente) o después de finalizado el acto (auditorías posteriores).
Auditorías
previas: Antes
de la elección, las autoridades y demás actores políticos pueden revisar en
detalle el software de votación en sus diversos niveles y los esquemas de seguridad
utilizados en el almacenamiento y transmisión de los datos.
Una vez que todos los entes que
intervienen en las revisiones dan su visto bueno a los aspectos examinados, la
versión del software de votación y de escrutinio es certificada por el poder
electoral y se procede a instalar copias del mismo en todas las máquinas y
servidores donde funcionará el sistema.
Auditorías
en caliente: El mismo día de la elección
pueden realizarse auditorías. “Una
auditoría que se efectúe durante la jornada electoral certifica que el sistema
está funcionando tal cual estaba previsto. Normalmente este tipo de auditoría
se realiza con máquinas de votación seleccionadas al azar ese mismo día”,
explica Saba.
Además
de las auditorías dirigidas por los organismos electorales, están las que
realizan los electores cuando validan en el comprobante impreso del voto que su
intención fue registrada correctamente. Este tipo de auditoría la permiten los
sistemas que automatizan el voto en todas sus instancias –captura, resguardo y
escrutinio del voto- y que además imprimen copias físicas del voto.
Auditorías
posteriores: Culminado
el proceso electoral, se realizan auditorías, ya sea como parte del protocolo
pre establecido por las autoridades, o siguiendo cualquier solicitud que
formalice alguna de las partes involucradas. En estas auditorías se valida,
entre otras cosas, que el software que se utilizó en la elección fue el mismo
que se certificó en la auditoría previa.
Los expertos recomiendan que las
auditorías sobre los sistemas automatizados de votación sean ejecutadas por
expertos en sistemas, seguridad informática y telecomunicaciones,
independientes de las empresas proveedoras de la tecnología.
“Cuando las auditorías son realizadas
y comprendidas cabalmente por las autoridades electorales y por todos los
participantes de la contienda política, se puede constatar la calidad de un
sistema electoral automatizado y, en consecuencia, se le otorga la credibilidad
y legitimidad que ameritan los resultados electorales”, concluye Saba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario