EL VINO
DESCONOCIDO DE CHILE: 450 AÑOS DE TRADICIÓN EN UNA BOTELLA
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Entre el 12 y 13 de julio Chile presentará
en el país sus vinos de cepas patrimoniales, producidos principalmente en las
regiones del Maule y el Biobío, cuyos territorios, según los historiadores, fueron
los primeros en dar a luz la viticultura chilena.
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Estos vinos son la artesanía de pequeños
productores, a escala humana, herederos de un legado que quieren dar a conocer.
Las cepas de estas zonas están ganando cada vez más protagonismo en la crítica
internacional y en los paladares más exigentes por su carácter único.
Las cepas patrimoniales vienen a ampliar la diversa gama y el
protagonismo de la oferta chilena en el país. En 2016 se mantuvo como el
principal proveedor de vinos para Colombia con una participación en el mercado
de 56%, alcanzando montos de US$ 28,3 millones en vino
embotellado. Destacaron el incremento en el consumo de las variedades Cabernet
Sauvignon, Carménère y Merlot, principalmente.
El sur
austral tiene un universo de sabores por redescubrir. En Chile, específicamente
en las regiones del Maule y Biobío (centro sur de ese país) se produce vino
desde hace más de cuatro siglos. Los primeros vestigios datan de 1548, en la que
los Jesuitas españoles injertaron allí las primeras parras que producirían vino
de origen chileno.
Y no se
equivocaron. Suelos graníticos irrigados de forma natural sin intervención
humana, cercanía con el Océano Pacífico, corrientes de aire marino y la mística
de sus viticultores que rescatan sus orígenes día tras día en cada botella, son
condiciones únicas para un vino con identidad.
Una delegación de 10
de estas viñas chilenas llegan a la capital para hacer
redescubrir a los colombianos el valor de su patrimonio y promover “nuevos
sabores muy antiguos”. Entre el 12 y 13 de julio se lanzarán al mercado
colombiano sus mejores vinos, muchos de
ellos alabados por voces importantes como Jancis Robinson,
Luis Gutiérrez (Wine Advocate) y Michael Schachner (Wine Enthusiast).
Durante su estadía
participarán de una rueda de negocios con sus contrapartes en el país,
realizarán visitas a terreno y lanzarán sus vinos al público especializado
colombiano con un gran cóctel de lanzamiento el 13 de julio.
Este esfuerzo se da con el apoyo de ProChile con miras a diversificar
la oferta de vino chileno en el mundo, y enseñar a consumidores de todo el
mundo de la riqueza vitivinícola que cuenta ese país.
En la
actualidad Chile es reconocido mundialmente por sus vinos icónicos como el Cabernet
Sauvignon, el Merlot o el Carménère. Sin embargo, la crítica y el consumidor
internacional están apreciando cada vez más la, hasta ahora, desconocida
viticultura de estas dos regiones.
Hugo Corales, Director de la Oficina Comercial de
Chile en el país, afirma que “los vinos elaborados de estas antiguas variedades como Moscatel de
Alejandría, Cinsault, Carignan, Torontel, País y Semillón le han dado un nuevo
aire a nuestro mercado local, con un sentido de origen que estamos recién
empezando a entender. Algunos hablan de nuevas cepas, pero en realidad hace
muchos años que están plantadas en los campos chilenos del sur. Son parras que
en algunos casos sobrepasan con facilidad los 100 años”.
“Estos no pretenden competir con los vinos más
conocidos de Chile, vienen a entregar una historia, una identidad, un relato de
un origen que los hace únicos” agregó.
La estrategia de promoción
de Chile para estas cepas se ha enfocado en sólo dos mercados a nivel mundial,
ambos de importancia estratégica. En Europa el destino designado fue Holanda,
en tanto para América Latina fue precisamente Colombia, debido a que los
consumidores se están abriendo cada vez más a la posibilidad de vivir nuevas
experiencias en torno al vino.
Las nuevas variedades que
llegan a Colombia en esta misión son Moscatel de Alejandría, uva País,
Cinsault, Torontel, Muscat, y Semillón, entre otras. Estos vinos tienen características
muy variadas. En su generalidad son vinos sencillos y fáciles de beber. En el
caso del Carignan se encontrarán con estilos distintos en su propuesta, desde
vinos complejos y potentes, a otros más ligeros y con mayor intensidad frutal.
Según cifras
oficiales de ProChile, el país austral
se mantiene como el principal proveedor de vinos para Colombia. En 2016 registró
ventas por US$ 28,3 millones con una participación en el mercado nacional de 56%,
cifra que aumentó en un 3% con relación al 2015. El segundo proveedor es
Argentina con un 19,1%, y en tercer lugar está España con un 12,7%.
El informe destaca un
incremento importante en el consumo de los vinos chilenos Cabernet Sauvignon
que aumentó su consumo en un 82%, carménère
en un 112% y el Merlot en un 42%.
Entre las
cepas preferidas por los colombianos están el carménère, merlot y
sauvignon blanc y de manera más reciente se destaca el incremento en el consumo
de vinos espumantes y Rose. Colombia por su parte, es el tercer destino de los vinos
chilenos en América Latina, tras Brasil y México.
En 2016 Chile exportó más
de US$ 1.407 millones de vino embotellado. De acuerdo al último informe de la
Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), el país austral se posicionó
nuevamente como el cuarto exportador mundial después de Italia, Francia y
España.
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