LA RESPONSABILIDAD SOCIAL COMO ESTRATEGIA PARA EL MANEJO DEL CAPITAL HUMANO
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Martín Cayón |
Hablar
de Empresa Socialmente Responsable (ESR) en Colombia es un tema cada vez más
común en las organizaciones. Hoy, muchas son las empresas que dejaron de
ocuparse sólo de la generación de utilidades y están desarrollando iniciativas
que tienen como objetivo defender los derechos humanos de sus trabajadores y
del mismo modo, respetar y salvaguardar los de su entorno y grupos de interés.
En
los últimos 10 años, la ESR fue ganando terreno ya no como sinónimo de
filantropía, sino como el modelo que detona la oportunidad de potencializar el
negocio a la vez que impacta de manera positiva tanto a la comunidad como al
medio ambiente. Y es que, según investigadores y conocedores del tema, no es
posible una ESR sin responsabilidad social individual y para ello es necesario
contar con personas competentes.
Este
fenómeno se vio fortalecido gracias a las características de las generaciones actuales
que buscan comprometerse con causas sociales y pro medio ambiente. Y es que
ahora son las que prefieren las marcas
socialmente responsables, desean formar parte del impacto positivo y están
dispuestas a invertir en caso de ser necesario.
El principio de la ESR: el capital humano
De
acuerdo con Marta Curtu en sus escritos de la Cátedra “La Caixa”[i],
dentro de la ESR existen cuatro dimensiones que no debemos perder de vista:
Dimensión Organizativa, de Personas, de Relaciones y de Ambiente. En ese
sentido, el primer paso para adoptar a la también conocida RSE (Responsabilidad
Social Empresarial) como una estrategia de negocios es a partir del diseño de
un marco filosófico muy claro donde se plasmen la misión, la visión y los
valores. De este ejercicio derivará un código de conducta para los empleados.
Para
que una estrategia de RRHH sea considerada socialmente responsable no se
requiere de una fuerte inversión; basta con implementar iniciativas que
dignifiquen la labor de los colaboradores. Por ejemplo, si un empleado está
enfermo de gripe, la empresa puede darle la opción de hacer home office. ¿Pero en dónde está el beneficio?
Mientras
que el empleado se ausentará menos días, no contagiará al resto del equipo y
tendrá la sensación de trabajar en una empresa que valora al ser humano, la
organización disminuirá la rotación de personal, evitará pólizas de seguros más
altas y ahorrará recursos como energía, teléfono e insumos. Y es que según una
investigación realizada por Harvard Business Analytic Services, 60% de los
especialistas en recursos humanos entrevistados dijo que un atractivo paquete
de beneficios es vital al momento de reclutar y retener empleados de calidad.
Ambientes colaborativos: la clave del éxito
Otra
vía para hacer partícipe al capital humano de una estrategia de ESR es a través
del voluntariado. Muchas veces, la gente quiere formar parte de una iniciativa
de este tipo pero no tiene más que su tiempo para apoyar. Por eso son tan
populares entre los empleados las actividades que, sin interrumpir sus labores,
les permitan generar un cambio entre su comunidad. Así, sin caer en la donación
o la filantropía, la organización habrá conseguido sumarse a la RS.
Si
una empresa está interesada en incorporar una estrategia de RS, en la
tecnología puede encontrar un aliado estratégico. Por ejemplo, actualmente, las
redes sociales ofrecen la oportunidad de que grupos de personas con intereses
en común puedan intercambiar información, experiencias y mejores prácticas. Al
trasladar esta dinámica al mundo de negocios, el resultado son ambientes
colaborativos que fomentan la competitividad y el trabajo en equipo.
En
el mercado existen soluciones que facilitan el trabajo en equipo y la
comunicación interna para determinados proyectos, como Fluig, una plataforma de
colaboración y productividad que ayuda a integrar procesos, personas y
documentos con base en necesidades puntuales de las organizaciones. A partir de
7 Cards, Fluig hace que la información dentro de la empresa fluya mucho mejor.
Una
de las innovaciones de Fluig es incluir en su oferta Social Card, una interfaz
colaborativa que acerca entre sí a las distintas áreas de su organización para
crear comunidades virtuales que comparten algo en común, desde intereses u
objetivos de negocio hasta proyectos puntuales. En ellas, los empleados
pertenecen a diversos grupos en los que se promueve el intercambio productivo
de ideas. Todo conectado al contexto del negocio.
Una
compañía que apoya su día a día en Fluig tendrá la oportunidad de diseñar
estrategias de ESR y asignarlas a determinados integrantes para que las desarrollen
y lideren, las ejecuten en tiempo y forma (mientras las mejoran a través del
intercambio de buenas prácticas casi en tiempo real) y apliquen métricas
estrictas en un entorno 100 % seguro.
A
veces poco explorada, muchas veces juzgada y otra más calificada como
“Marketing filantrópico empresarial”, lo cierto es que la ESR es una tendencia
que llegó para quedarse. Sin embargo, habrá que continuar con la labor de
evangelización a fin de involucrar a todos los actores de la cadena de valor y
lograr un Gana-Gana en beneficio de las futuras generaciones y el planeta.
[i] Curto-Grau, M.2012. Los emprendedores sociales: innovación al
servicio del cambio social, Cuaderno Nº13 de la Cátedra "La Caixa" de
Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo, IESE Business
School.
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