¿QUÉ HACEN LAS PERSONAS UNA HORA ANTES DE IR A DORMIR?
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Cerca
del 70% de las personas no se prepara para ir a dormir, ocupan este tiempo para
realizar diferentes actividades.
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Tan solo
con perder 30 minutos de sueño por día durante la semana se pueden presentar
consecuencias corporales y metabólicas.
El 66 por ciento de las personas, una hora antes de dormir, aún está
ocupada en tareas que demandan concentración y actividad física. Así lo refleja
una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (NFS, por su
sigla en inglés). Este panorama hace evidente que las personas no han tomado
conciencia de la importancia de prepararse para tener un sueño reparador y de
calidad.
Por esta razón, el lema del Día Mundial del Sueño, que se celebra este
viernes 20 de marzo, será ‘Cuando el sueño es reparador, la salud y la
felicidad abundan’. Según investigaciones de la NFS, una hora antes de dormir
el 37 por ciento de las personas cuida de sus hijos, el 36% navega en Internet,
21% hace tareas relacionadas con su trabajo y el 6% restante se dedica a otras
tareas, como tener sexo y/o tomar una bebida alcohólica.
“Trabajar hasta el momento en que se está por dormir no proporciona la
oportunidad de relajarse y preparar el cuerpo para esta actividad. Para lograr
una verdadera rutina de sueño se debe destinar una hora antes de dormir para
hacer la transición entre ‘esa persona que puede hacerlo todo’ y ‘la persona
que debe dormir’”, dijo Raúl Baquero del club médico deportivo Bodytech.
Dada la importancia del descanso nocturno perder
tan solo 30 minutos de sueño por día durante la semana puede traer consecuencias
a largo plazo para el peso corporal y el metabolismo; la falta de sueño
continuada (insomnio) afecta al rendimiento diario y produce déficits
cognitivos y de memoria, así como problemas de ansiedad y depresión,
hipertensión, diabetes, obesidad, entre otros.
Según Baquero, para tener una buena práctica de sueño es adecuado dormir
de acuerdo con las necesidades que existen individualmente. Se recomienda que
los bebés duerman de 16 a 18 horas al día, los niños en edad pre-escolar de 11
a 12 horas, los niños de primaria mínimo 10 horas y los adolescentes entre 9 y 10
horas. Los adultos (incluyendo los ancianos) deben dormir de 7 a 8 horas
diarias.
Para construir una rutina diaria antes de dormir, Baquero explicó que ir
a dormir a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana, mejora
el estado de alerta durante el día.
La segunda recomendación es ejercitarse como mínimo tres horas antes de
dormir, para reducir la temperatura corporal y que llegue la sensación de sueño
que permite descansar; una práctica muy efectiva es el Yoga que ayuda a la
preparación del cuerpo para recibir la hora de dormir. Los beneficios de
ejercitarte con una disciplina física reducen el estrés y aumentan la
profundidad del sueño.
Además, se aconseja comer ligero en la noche, oscurecer la habitación y
apagar todo tipo de aparatos electrónicos.
En cuanto al insomnio es
conveniente seguir cada uno de estos pasos; si no se logra alcanzar el estado
de sueño, los pacientes con este trastorno deben levantarse y hacer alguna
actividad mientras la sensación de sueño llega. También puede funcionar
escuchar música suave y tomar bebidas aromáticas que contribuyan a la
relajación. Es importante abstenerse de usar drogas que induzcan el sueño, pues
estos medicamentos pueden causar dependencia y tras la dependencia se puede
lograr un estado de depresión y ansiedad que solo va a empeorar la salud física
y mental.
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