miércoles, 29 de septiembre de 2021

  DIABETES, CULEBRILLA Y COVID-19, ENFERMEDADES QUE PODRÍAN CAUSARLE DOLORES NEUROPÁTICOS

        El dolor neuropático localizado suele afectar las manos, los pies o la zona de las costillas, en un área no mayor a una hoja de papel tamaño carta.

        La falta de tratamiento oportuno puede contribuir a su cronificación, afectando la movilidad del paciente y generando discapacidad.

Corrientazos, ardor, calambres, dolor desproporcionado y una extrema sensibilidad ante estímulos mínimos como el roce de la ropa o el tacto, son los síntomas del dolor neuropático, una enfermedad que afecta al sistema nervioso central y cuya falta de tratamiento puede afectar de manera permanente la calidad de vida de quien lo padece. Con frecuencia, estas molestias se manifiestan en un área no mayor a una hoja de papel tamaño carta, lo que se conoce como dolor neuropático localizado y de acuerdo con expertos, pacientes con distintas patologías son más propensos a experimentar este tipo de dolencias. 

Luisa Fernanda Gutiérrez, especialista en medicina física y rehabilitación, indica que la mayoría de consultas asociadas a dolor neuropático localizado que atiende, son de personas que padecen enfermedades metabólicas como diabetes, que tuvieron infecciones como el herpes zoster (conocido popularmente como culebrilla) o que se sometieron a intervenciones  quirúrgicas  como amputaciones, mastectomías, entre otras.

“El aumento del azúcar en la sangre en un paciente diabético, los cortes producto de una cirugía o las lesiones en la piel ocasionadas por este tipo de herpes, provocan daños en nervios que posteriormente pueden afectar a otros más grandes y generar dolor”.

Si bien estas son las principales causas de dolor neuropático según la especialista, agregó que hay otras que no necesariamente están ligadas a enfermedades específicas  y se relacionan a prácticas más cotidianas. “La realización de actividades manuales repetitivas o el cambio en las dinámicas laborales que incrementaron el uso del celular y los computadores durante largas jornadas, muchas veces sin realizar pausas activas, pueden comprimir el nervio mediano (que atraviesa palma y muñeca) y generar adormecimiento, calambres en los dedos o el síndrome del túnel del carpo, lo que a futuro produce estos dolores localizados”.

En ese sentido, el Covid también produjo un aumento en el número de pacientes con dolor neuropático localizado. Según la doctora Gutiérrez, algunas personas que superaron el virus, vieron afectados sus nervios gracias a que permanecieron largos periodos en posiciones específicas para poder respirar adecuadamente y sin poder realizar ninguna actividad física, por lo que varios de ellos manifestaron sentir choques o pequeñas descargas.

Y es que, de acuerdo a una encuesta realizada por la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor - ACED[1], cerca del 40 % de quienes sufren de dolor neuropático describieron la sensación como un fuerte corrientazo, el 28 % la asoció a ardor o un tipo de quemazón, mientras que el 22 % dijo que el dolor se intensifica cuando la piel roza con la tela o con la mano.

Diagnóstico oportuno y atención multidisciplinar, claves para su tratamiento

La doctora María Patricia Gómez, especialista en dolor y secretaria académica de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), indica que el diagnóstico oportuno del dolor neuropático localizado es esencial para evitar la cronificación y el daño nervioso permanente.

“El dolor neuropático no es fácil de describir por quienes lo sufren y es fundamental la experiencia y el conocimiento de quien hace la valoración para entender sus características, por ello es indispensable que se amplíe la formación en dolor crónico de los profesionales médicos y que se mejoren los sistemas públicos de salud para que el diagnóstico pueda darse desde la atención primaria”.

También hizo énfasis en que vivir con dolor neuropático afecta significativamente la calidad de vida de quien lo padece, ya que genera problemas para dormir, irritabilidad y dificultad de movimiento de las zonas afectadas, lo cual muchas veces lo hace incapacitante.

En esa línea, la Doctora Luisa Fernanda señaló la importancia de la prevención con hábitos de vida saludables, no obstante, si ya se presenta el dolor, es necesario no subestimar los síntomas y acudir al especialista para evaluar si se debe iniciar un tratamiento farmacológico, terapéutico o psicológico. El abordaje multidisciplinar es clave en la mayoría de casos y ayudará a mejorar el día a día de los pacientes en términos de funcionalidad”.

Aunque no hay cifras concretas de cuántos colombianos sufren de dolor neuropático, expertos de FEDELAT (de la cual el país es miembro), estiman que 13 millones de personas en Latinoamérica lo padecen y entre ellos, el 60 % lo experimenta de manera localizada.

En cuanto a tratamientos efectivos, en Colombia están disponibles bajo indicación médica, parches transdérmicos de lidocaína al 5 % que son útiles para aliviar dolores neuropáticos generados por diabetes, molestias osteoarticulares,  infecciones como la culebrilla, dolores postquirúrgicos, entre otros, concluyó la especialista.


[1] VIII Estudio Nacional de Dolor y Prevalencia del Dolor Crónico en Colombia (2014). Revisado en: https://dolor.org.co/biblioteca/encuestas/VIII%20Estudio%20Prevalencia%20dolor%20cronico%20en%20colombia%20publicacion%20pagina%20ACED%202014.pdf Último acceso 10/09/2021

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario