viernes, 10 de julio de 2020

ECONOMÍA SOSTENIBLE: UNA OPORTUNIDAD PARA EL DESARROLLO EN EL CHOCÓ

·         Un nuevo modelo de propuesta de donaciones en el Chocó activa la economía de la región.

·         La Fundación ACDI/VOCA LA (FAVLA), compró insumos de bioseguridad a las mujeres tejedoras de sueños del barrio El Reposo, para donarlos al personal del Hospital Ismael Roldán de Quibdó.

La crisis sanitaria generada por la pandemia del COVID-19 ha convocado la solidaridad del país a través de las innumerables donaciones realizadas por distintos ciudadanos, empresas y organizaciones. Tanto en bienes como en recursos, estas ayudas se destinan a poblaciones vulnerables con el fin de aliviar temporalmente sus necesidades.



En este contexto, surge en Chocó una nueva propuesta de FAVLA, que permite hacer de estas donaciones un modelo de economía sostenible al garantizar que los recursos se inviertan en el territorio tanto en la compra de los productos como en las ayudas entregadas, beneficiando así, no solo a las personas que reciben las donaciones, sino también a las que fabrican los implementos.

“En ese sentido, se genera un impacto positivo para el comercio local, que motiva las actividades comerciales de la región y permite la circulación de la economía, logrando que el valor de los productos, materiales y recursos se interrelacionen de manera sostenible. Este modelo a su vez promueve la competitividad y estimula la innovación permitiendo un crecimiento en el empleo, en esta coyuntura tan compleja”, señala Ricardo Amaya Fandiño, Director Ejecutivo de FAVLA.

Casos de éxito
El Reposo es uno de los barrios más vulnerables de Quibdó. Aquí un grupo de mujeres  pertenecientes al proyecto "Tejedores de Sueños: Emprendimiento e Innovación para la Construcción de Paz", implementado por la Corporación GEInnova y apoyado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA, junto con la Fundación Activos Culturales Afro (ACUA) y la asociación Arte y Joya, confeccionan elementos de protección para el personal médico.

Estos insumos han sido comprados por instituciones como la Alcaldía, que hizo una compra de 28.500 tapabocas a estas mujeres por más de 50 millones de pesos, una acción importante que ha permitido generar una economía solidaria que está rotando a nivel local, permitiendo un sistema sostenible, pues los tapabocas comprados fueron donados a los hospitales de la ciudad de Quibdó.

Así mismo, el pasado 6 de julio se realizó la donación de 90 kits de bioseguridad fabricados por las mujeres de El Reposo, los cuales incluyen: un overol lavable, bata, gorra, polaina, tapabocas y máscara protectora. 25 de estos kits ya se entregaron al personal médico del Hospital de Bojayá, mientras que la segunda parte se destinó al Hospital Ismael Roldán. Estos kits fueron comprados por la Fundación ACDI/VOCA Latinoamérica (FAVLA) a las tejedoras de sueños, con el fin de propiciar el modelo de economía sostenible.

Es importante resaltar que si bien los insumos de bioseguridad entregados en tiempos de pandemia representan una ayuda importante, esta donación cobra un sentido mucho más valioso si se tiene en cuenta el estado de crisis en el que se encuentra el sistema sanitario de la región y más aún el del Hospital Ismael Roldán, el cual es el primer centro al que llegan las personas antes de ser remitidas a un segundo o tercer nivel. Sin embargo, aunque la gran mayoría deben ser remitidas, no hay donde hacerlo por la falta de condiciones del único hospital de segundo nivel en el departamento, generando como consecuencia, el desplazamiento de pacientes a hospitales de otras ciudades, principalmente a Medellín. En ese sentido, la donación fue recibida por la gerente del Hospital, Osiris Casas, quien manifestó su agradecimiento por los insumos entregados.

Por otra parte, el pasado 30 de junio, se llevó a cabo la iniciativa ‘Del campo a la mesa’  liderada por las mujeres productoras de plátano de Bojayá. Después de dos días de viaje a través del río Atrato, llegaron a Quibdó un grupo de estas mujeres, quienes cultivaron y vendieron 20 toneladas de plátano. Esta producción, se llevó a la capital del Chocó para venderla a bajo costo con el fin de beneficiar a la comunidad quibdoseña, la cual se vendió en su totalidad en tiempo récord. Así mismo, 2.700 unidades de plátano fueron incluidos en los mercados donados a 147 familias del barrio El Reposo, como un aporte para aliviar las necesidades de estas en medio de la emergencia sanitaria. Cabe destacar que en cada uno de los mercados donados se incluyeron también 5 tapabocas lavables, fabricados por las mujeres “tejedoras de sueños”.

Esta iniciativa se llevó a cabo gracias a la Asociación de Plataneros del Medio Atrato–APLAMEDA, la Corporación GEInnova y al apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID y ACDI/VOCA. El ejercicio fue tan bien acogido, que algunas personas consignaron para donar, generando un efecto dominó de solidaridad.
La ayuda que ayuda
Estos casos demuestran que la inversión en el territorio no solo dignifica el trabajo de las comunidades, sino que también propician un encadenamiento de cambios positivos en el entorno, que incluso trascienden los fines netamente económicos, alcanzando mejores niveles de convivencia, una valoración positiva del sentido de pertenencia en el trabajo colectivo y hasta un mejoramiento de su autoestima.

Si bien por años el Chocó y en especial Bojayá, ha sido un referente de tragedia y víctimas, con el empoderamiento de las comunidades a través de su trabajo, el desarrollo de la producción agrícola y la implementación de modelos que garanticen el sostenimiento económico, se podría generar la transformación de este referente por uno más positivo. Uno en el que se cambien las ayudas humanitarias por más inversión y donde se trate a sus habitantes como empresarios que están cambiando su narrativa y trabajan por un presente y un futuro mejor.

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